Londres se ha vestido con sus mejores galas para celebrar los 70 años en el trono de la reina Isabel II, la primera monarca del Reino Unido que celebra su Jubileo de Platino.
La familia real se reunió en el Palacio de Buckingham para presenciar el desfile militar en su honor, con miles de ciudadanos en las calles y millones de banderines con la bandera británica por toda la ciudad.
Los ojos de medio mundo esperan hoy la incorporación a las celebraciones de Harry y Meghan, justo el día en el que la reina descansará por la imposibilidad de sus movimientos a sus 96 años.
1. La reina Isabel II era la absoluta protagonista. Eligió el azul pálido, el pale blue de su armario real, en uno de sus icónicos vestido abrigo. Estaba todo lo regia que es ella 70 años después, con sus perlas históricas, sus guantes y su bastón.
Hubo otras dos reinas, de estilo, ayer en los fastos.
2. La primera, Kate, duquesa de Cambridge. Su impecable blanco con pamela blanca y marino y sus pendientes de zafiro nos recuerdan obligatoriamente a Diana de Gales. Estaba espléndida.
3. La otra reina fue Camila, duquesa de Cornualles, que cobraba todo el protagonismo que la casa real británica le ha ido dando en los últimos años de manera paulatina y magistral. Su elección fue azules en distintos tonos, del celeste al casi lavanda, y collar de perlas de cuatro vueltas. Estaba perfecta.
4. Los tres hijos de los duques de Cambrigde, estaba todo medido, llevaban el azul de la reina Isabel II en sus indumentarias.
5. La duquesa de Gloucester se fue al tinta con lunares blancos desmarcándose de los pasteles de la jornada en las damas más directas a la reina. Y eso también es un acierto.
6. Carlos de Inglaterra y Guillermo hicieron la parada militar con el uniforme de la Guardia Irlandesa y los sombreros de pelo largo.
7. La princesa Ana hizo también la parada militar, a caballo y de uniforme. Eso la libró del error casi seguro de sus imposibles looks habituales.
1. Sophie, duquesa de Wessex, esposa del príncipe Eduardo, no acierta casi nunca. Su vichy blanco y rosa era tan grande que parecía para un mantel de picnic.
Ella fue, sin duda, la nota discordante en el día de inicio de los actos del jubileo.