Puntadas con o sin hilo de la 76ª edición de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

divinity.es 18/09/2022 16:22

Ganó la colección esta edición Ulises Mérida en el Premio L´Oreal París de la MBFWM. Y me alegra de verdad, porque Ulises es de esos diseñadores que no siempre han recibido los mejores elogios pero que jamás ha bajado la guardia en su tesón y trabajo. Su colección de este año pronosticaba tantas alegrías como la charanga festivalera popular con la que nos amenizó su desfile.

Un día antes de desembarcar en Ifema y posar los ojos a pie de pista, desfile a desfile, acudí al Hotel Intercontinental de Madrid para ver, desmarcado de la Fashion Week, a mi amigo Antonio Burillo y su exquisito siempre The 2nd Skin. Su ‘Serendipia’ era un canto nostálgico y divino a las flores del verano, al vichy más chic y ligero, en blanco y negro, y a los lunares negros sobre linos blancos mezclado con lentejuelas black. Toda una declaración de amor por los veranos de aquellas damas de antaño de una Costa más que Azul.

Nota de siempre para mis lectores: Que vaya por delante que mi análisis lo hago con todo el valor y el mérito que reconozco en todos y cada uno de los diseñadores que nos muestran su trabajo en esta semana. Me gusten más o menos. Sean amigos o no.

Y aviso también una vez más que el orden de estas Puntadas es el mismo que tenía marcado cada desfile dentro del calendario de la semana. No de todos hablaré bien, eso es un juicio en mi libertad de expresión. Que nadie se ofenda. O sí, pero con cordura.

María Lafuente

Con hilo

Era mi arranque en una semana de moda intensa. Ella desfilaba en el Off, al aire libre, desde un patio industrial de la antigua cervecera del Complejo El Águila. Hacía fresquete ese día en Madrid, pronosticaban lluvia, pero María es de esas personas que saben sacar el sol en mitad de cualquier tormenta. Su ‘Sempiterno’ era tan caótico y encantador como ella. Tules fruncidos en flúor rosa, en verde, en amarillos de fuego. Chaquetas y pantalones de sastre sesgadas y desestructuradas en las que Lafuente frunce y estructura nuevas vidas, llenándolas de estrellas y cruces joya. María siempre sonríe y eso se ve en sus piezas sostenibles, locas, divertidas, que bailan al son de la vida como ella misma en cada carrusel final de sus desfiles, con la alegría de esa niña soñadora que nunca va a dejar de serlo.

Andrés Sardá

Con hilo

Un homenaje al cine, al bueno, bueno. Eso era la propuesta de Sardá en una colección llena del chic más depurado de Alfred Hitchcock y su ‘Con la muerte en los talones’ o ‘Su ventana indiscreta’. Najwa Nimri convertida en musa de sueños y fantasías. Su colección, como su desfile, iban perfectas desde ese cine de antaño hasta su Cabaret. En mitad de todo se esfumó la magia con un bloque de geometrías y volúmenes, que parecían beber de los lienzos de Miró o Kusama, pero que nada tenían que ver con el hilo conductor de ese ‘Cinema’. Cerró Sardá su desfile recuperando la magia a través de sus mujeres gato y de los cuentos de caperucitas, maléficas y reinas del hielo. Y todo pareció enderezarse. Menos mal.

Duyos

Con hilo

Duyos se fue a Estonia a celebrar sus 25 años en la moda. Sedas estampadas, tules, flores, bordados… Bailarinas gigantes de las que emergen los hijos de la vida. Él siempre es elegante, exquisito, clásico como el baile de unas danzantes en punta. Ellas emergían de un bosque verde y profundo.

La superposición de las telas de Duyos y su juego sutil de volúmenes será siempre su pasaporte más exitoso para viajar a cualquier lugar del mundo.

Redondo Brand

Sin hilo

Con casi 40 minutos de retraso yo esperaba que el éxito de Redondo hiciese honor a su nombre. Pero todo se quedó en un bluf. Porque de golpe, sin aviso para prepararse para el fiasco, me vi sumergido en el departamento de liquidación de fiesta de unos grandes almacenes allá por los 80. Y esto podría haber sido hasta encantador, pero no, no era un revival divino lo que nos encontramos.

Lo peor de todo es que su colección se llamaba ‘Sophia’ y pretendía emular a ese chic brutal napolitano de la Loren. Yo no la vi, ni a ella, ni a sus escotes corazón de infarto, ni a sus faldas tubo, ni a sus curvas y su natural poderío por ningún rincón de una colección que me aburrió hasta el peor de los estíos. Tampoco vi a la diva madura, la que recogía aquel Oscar honorífico allá por los 90, en una América rendida a su vida.

Ay Sofía querida, si lo hubieras visto, te habrías fugando corriendo para olvidar lo vivido con Brand en la Fashion, o ‘jartarte’ de grappas. ¡Qué cosas!

Jcpajares

Sin hilo

Llevaba tantos días escuchando por algunos rincones de la moda que me iba a encantar JCPajares que reconozco que barruntaba la tragedia. Y sucedió. Y ya me da rabia porque me gustan los diseñadores que apuestan por la artesanía y su vídeo presentación en pleno desfile era todo estética de la divina ruralidad de Castilla La Mancha y sus artesanos. Ojalá haber visto después eso plasmado en sus prendas. Pero no fue así.

Me quedo con dos o tres piezas buenas de todo su desfile, entre ellas un vestido oro de chapas que podría haber sido un Rabanne divinamente. Lo demás me pareció de escaparate low cost para adolescentes pretenciosas.

Malne

Con hilo

Con los Malne me pasa algo curioso. Lo mismo me encantan algunas de sus piezas que me descolocan otras. ¿Eso es malo? No, no lo es. Pero tampoco favorece que salga hechizado por completo de sus desfiles.

El de esta colección tenía dos puntazos a favor. El primero, reconciliarme con los marrones, que es un color que yo a menudo desterraría del planeta salvo cuando se lo ponía mi madre y me parecía la mujer más sofisticada del mundo. En la colección de Malne revivieron mi memoria a través de los cobres y los cacaos brillantes. El segundo, ver el sol en cualquier lugar a través de sus faldas cadmio con esas blusas cortas de estampado ecuestre que me recordaron de un golpe a los pañuelos de Hèrmes de mi infancia.

Pues sí, no todo me gustó de los Malne pero este año salí sonriendo.

Pedro del Hierro

Con hilo

La maleta de Pedro del Hierro evocaba a unos náufragos tan frescos que yo me embarcaba en su crucero fallido. No había nada súper sobresaliente en su colección, pero todo respiraba brisa, naturalidad y algo de encanto. Y con eso juega siempre la firma para conseguir unas colecciones y unos desfiles tan simples como eficaces después de su producto final.

Que me chiflaba todo, no. Que me espantaba algo, tampoco. Este año me la habría puesto casi todo y habría regalado a algunas féminas casi todo. Y esto ya es mucho después de unas colecciones que de tanta flor de La Casa de la Pradera me habían agotado.

Maison Mesa

Sin hilo

Partían con el fervor popular de basar su desfile en Heliogábalo, el emperador romano conocido como la primera persona trans de la historia. Y Maison Mesa echó el resto en su pequeña representación en pasarela en cuanto a atrezzo, tempo y figurantes. Pero aquí hablamos de moda y la suya me pareció lo de siempre, a pesar de sus vestidos romanos brillantes. Nada me sorprendió, nada me fascinó, ni nada me encandiló más que la teatralidad de la encantadora Topacio Fresh que fue la verdadera diosa de este circo romano lleno de pretensiones y hasta sinsentidos. Si el teatro se come a los propios diseños, mal vamos, por muchas diosas que conjuremos.

Dolores Cortés

Con hilo

Podría decir, sin miedo a equivocarme, que por primera vez en mis dos décadas largas analizando la Fashion Week este año un desfile de baño podría haber eclipsado al resto. El de Cortés ha sido, sin duda, uno de esos desfiles bien diseñados, limpios y puros, con un tapiz y escenografía perfectos. Esto denota una buena dirección de arte y una colección más que chula.

Se había inspirado en la escuela de Bauhaus y en una de sus grandes figuras, Anni Albers. Y el éxito ha vuelto a repetirse. Colores, geometrías, estructuras… Todo vibraba hasta el encanto en el súper sofisticado y creativo baño de Cortés. Yo quiero bañarme en su mar.

Isabel Sanchís

Sin hilo

Podría haberse quedado en un ‘Días de vino y rosas’ hasta con sus recargados, pero nada indiferentes, vestidos de rosas en relieve. Su corto en rosa capote era casi una escultura a la primavera. Pero no. No se quedó en eso divino porque gran parte del resto era casi una oda a ese provincianismo del exceso total del raso, los brillos y el abullonado. Todo eso que podría ser traspasó la fina línea de lo enriquecido a lo exagerado. Y esa ha sido la perdición de Sanchís para quedarse en un ‘Días de vino, hasta cabezón, y pocas rosas’. Cosas que pasan, Isabel.

Hannibal Laguna

Sin hilo

Me había reconciliado últimamente con Laguna, tras siglos de crítica, gracias a algunas de sus últimas prendas más cosmopolitas y menos de madrina rancia y sobre todo a su incansable tesón de currante nato. Pero este año, aunque sea con cariño y respeto, vuelvo al sin hilo. Y ya me fastidia, porque la colección tenía una parte en total rojo y total verde que podrían haberle salvado de la quema. Pero a la mitad de su desfile volvieron los albaricoques, los lavandas y los vestidos cuajados de cristales y trasnochada ostentación de una primavera ahogada en el exceso de un certamen de belleza de segunda, allende los mares. Ay Hannibal, lo que me hace sufrir.

Duarte

Sin hilo

Sí, me habían vuelto a preguntar este año, antes del desfile, que qué me parecía Duarte. Y ya me habían saltado todas las alertas pensando que me iba a encontrar algo fresco y novedoso. Nada que ver. Me pareció más de lo mismo y nada destacable. Es cierto que Duarte no es un tipo de excesos sin sentido, y eso se agradece, pero no me dormí viendo su desfile porque me encantaron algunos de sus pantalones casi palazzo de chico y un vestido de rayas con cuello halter que me transportó a una costa sofisticada y chic. Por lo demás, me podría haber echado una cabezada. Incluso dos.

Álvaro Calafat

Con hilo

Le Morte, de Calafat, bien podría ser La Vida. O mejor dicho, una recopilación de otras vidas. Y me explico. No había nada que no hubiese bebido de otros hasta casi el plagio. Muchas de sus piezas nos recordaban a Fendi, a Burberry, a Gucci, a Vuitton y hasta a Schiaparelli. Pero no le voy a quitar yo el mérito al trabajo de confeccionar todo esto y hacerlo suyo. Ni al homenaje a un amigo que se fue. Así que con este primer hilo reconozco el esfuerzo de este joven diseñador para debutar en esta edición de la MBFWM con una colección bien trabajada y nada sencilla.

Teresa Helbig

Con hilo

No sé si habrá alguna vez en nuestra Fashion Week una tipa más optimista, más bailona y más cañera, con todas sus sofisticaciones, que Teresa Helbig. Su Helbig Music Fest era todo eso, un festival de ritmos y optimismo. Cueros, sedas y glitter hasta de purpurina de majorette conviven de maravilla en esta fiesta gamberra y divina de una Teresa que nunca dejará de ser la adolescente amueblada que parece, pisando con brillo y garbo un festival de música que triunfa en cualquier lugar del planeta.

Ágatha Ruiz de la Prada

Con hilo

Volvió Ágatha a los vestidos de pantón, a las rayas en bloques y a los cuadrados, dejando casi al consuelo de las diademas sus eternos corazones. Pero todo en ella sigue siendo siempre color y volúmenes hasta la borrachera. Y eso volvimos a ver en un desfile que pudiendo ser intercambiable en los años sin que nadie se diese cuenta, nos sigue sacando sonrisas y ternuras, este año con sus modelos infantes recorriendo un tapiz tan rosa como su divina inocencia de niñas de apenas 5 años.

Aurelia Gil

Con hilo

Arrancó esta canaria su puesta en escena con una salida doble que presagió en un segundo el éxito de un desfile y de una colección. Yo me esperaba una historia recargada y manida propia a veces de los que hacen novias eternamente, qué malos son los prejuicios, y me encontré con un montón de piezas que respiraban frescura y sueños de islas cálidas. Me encantaron sus boleras verdes de mangas abullonadas, sus vestidos blancos de tirantes halter, sus blusas escotadas azules con mangas farol y minifaldas del color del sol. Me gustó su rollo, me gustó.

Fely Campo

Con hilo

Iba pensando que sería un desastre tanta noche, tanta lentejuela, tanta pedrería, tanto todo… Pero sus bailarinas clásicas y la tradición pudieron conmigo y el ballet de Fely Campo fue más suntuoso que ostentoso. Había muchas piezas maestras, como una falda arrugada en plata con top transparente y chaqueta abierta que hechizaba tanto como la danza. Y había también, no voy a negarlo, algunas otras piezas que yo he borrado de mi memoria para no ensombrecer el buen compás de una Fely Campo con hilo.

Ulises Mérida

Con hilo

Con hilo y con premio. Merecido por muchas cosas, pero sobre todo por el buen talante de este tipo que ha encajado las críticas siempre con una sonrisa. Su colección premiada de este año era una oda eterna a las tradiciones, al pueblo, a las raíces… Sus trajes de chaqueta y casacas con pantalones eran tan sofisticados como sus pamelas gigantes y rizadas, de materiales naturales. Sus mujeres eran divas en una verbena popular en cualquier fiesta con charanga española. Banda de música en directo, hits de verano que todos hemos bailado, mujeres súper chic caminando la vida, rojos con fucsias, azules, cadmios, blancos eternos... Todo me gustó de Ulises este año. Felicidades.

Claro Couture

Con hilo

Glorias. Con tan triunfal propósito se presentaba este año Claro en la pasarela. Y algo de ello hubo. Glorias eran sus tejidos de rayas en blanco, negro y azul en vestidos con cola. Glorias también muchas de sus arquitecturas con pétalos volátiles. Plumas, mallas metálicas y volúmenes de unas divas de antaño reactualizadas a un XXI que bien podría ser también su siglo.

Custo Barcelona

Sin hilo

Creo que no le dado nunca un ‘con hilo’ a Custo. Y este año es otro ‘sin hilo’ pero que podría serlo ‘con’ porque va acompañado de sonrisa y reconocimiento empresarial. Sí, sigue siendo Custo Barcelona. Es decir, farra, fiesta casi poligonera, tipas disco hasta el empacho y cero exquisitez. Pero es que su mercado no busca la exquisitez. Hasta aquí nada nuevo. Pero estaba yo viendo pasar el desfile, como el que nada espera, y me topé con sus faldas ligeras amarillas con sus cuerpos de estampado de cómic y alguna otra pieza simple para un sport hasta gracioso y algo cambió en mi cerebro. Me di cuenta que hasta para crear este tipo de ropa hay detrás un ojo que mira, un corazón que dibuja, una mano que boceta y otra que cose…

Lola Casademunt

Con hilo

Tenía dos ases en la manga para triunfar Lola Casademunt. El primero su propia filosofía de este desfile, el dulce duermevela de los sueños de verano en el que todo chispea como una noche de estrellas. El segundo, una musa como Nieves Álvarez vestida con body y capa chispeante, como una ninfa de un sueño moderno, salida de una mariposa de cristal.

Y así fue. Sin tener nada del otro mundo, sus piezas simples fueron pasando por esa alfombra nocturna donde chispeaban las estrellas hasta encandilarnos.

Roberto Diz

Con hilo

Los mapas neuronales de Diz nos invitaban a soñar. Así eran sus estampados, sus colores lisos y brillantes y sus negros. Nos pretendía estimular los sentidos con la filosofía de su desfile. Y más allá de eso volvimos a ver sus volúmenes exagerados, sus fruncidos y sus arriesgadas combinaciones. Sus pantalones de cota de malla con blusa y blazer blancas eran tan extravagantemente sofisticados como sólidos sus vestidos de noche negros y abullonados. Todo muy Diz.

Hasta aquí esta semana de infarto en el que una temporada más he vuelto a casa cada jornada tan cansado como feliz. Así es nuestra Fashion Week, llena ya de amigos y compañeros de charlas eternas y brindis de muchos kissing rooms.

¡Nos vemos en la MBFWM otoño/invierno!