Nacho Montes

Con el telón de fondo de la polémica por algunas de las medidas que el electo Donald Trump prometió que adoptaría el mismo día que llegase de nuevo a la Casa Blanca los ojos del mundo miraban hoy al continente americano para presenciar la ceremonia de investidura del nuevo presidente de los Estados Unidos.

Él llegaba henchido como un pavo real a la que volverá a ser su nueva morada y atalaya de poder ante el planeta. Lo hacía con su famoso flequillo blond, el abrigo abierto y la corbata al aire.

Ella, la incombustible Melania, en las antípodas estilísticas de su marido afortunadamente, llegaba tan sobria como elegante. Esta vez no iba a permitir ni media discusión sobre sus impactantes atuendos.

Aciertos

1. Melania Trump se ha forjado a sí misma, con mucho tesón y sobrada cartera, como esta tipa imponente que es. Su abrigo cruzado con blusa blanca, de Adama Lippes, antiguo trabajador de la casa de Óscar de la Renta; su sombrero clásico con banda blanca, de Eric Javitz; sus guantes de cuero negros y sus salones de vértigo eran un rotundo acierto en la gélida mañana americana y con todas las polémicas del mundo planeando sobre la ceremonia.

2. Verde botella ha sido la elección de una sofisticada Ivanka Trump en un dos piezas divino, de cuerpo cruzado con cinturón finísimo y tocado casquete.

3. Divino era también el abrigo cruzado con cuello bufanda rosa con el que Usha Vance, esposa del vicepresidente electo, ha roto la monocromía.

4. Lara Trump se suma a la sobriedad cromática de Melania pero la rompe con los flecos del bajo de su abrigo brocado azul tinta.

5. Tiffany Trump se decanta por un abrigo de terciopelo azul noche con botas altas de piel. Y sin ser ella un paradigma de estilo estaba correcta.

6. El matrominio Biden es una pareja compensada en sus estilismos siempre. Ella con su total look purple. Él con su abrigo perfecto marino abotonado.

Errores

1. Es cierto que Trump ha mejorado en sus estilismos, la mano de Melania planea sobre ello, pero sigue siendo este tipo tosco que jamás se cierra un abrigo o una americana de traje y cuyas corbatas flotan siempre en la incertidumbre sobre su no discreta cintura.

2. Kamala Harris y su abrigo negro con pantalones se quedan casi invisibles ante el poderío de Melania e Ivanka.

3. La misma suerte ha corrido Giorgia Meloni, pero en ella tampoco es una novedad. No pasará a la historia por sus grandes estilismos, ni por otras muchas cosas pero eso es harina de otro costal.

Porque sí, los estilismos son lo que son, y la política una harina de un costal que no me toca a mí valorar.

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