Bodas de famosos

Aciertos y errores de la boda de Susana Molina y Guille Valle

No he encontrado mejor manera de arrancar esta columna de opinión que late hace tantos años que protestando (esto no puede ser más opinión) por tener que tragarme algunos bodrios.

Aciertos y errores de la boda de Susana Molina
La boda de Susana Molina y Guille ValleFotomontaje con imágenes de revista Semana y redes sociales
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Por si alguien no se ha enterado aún, protestar de algunos temas e incluso no opinar de parte de ellos, es opinión en estado puro.

Dicho esto, me toca analizar hoy la boda de Susana Molina y esa, dicen, cumbre de influencers. Hoy llaman cumbre a cualquier cosa, así va el mundo y la política con una ciencia llena de falsos doctores.

El caso es que la novia es una mujer que no me ha hecho nada en la vida y que hasta me despierta simpatía pero que me interesa lo mismo su boda y su cumbre que el apareamiento de las avutardas en el sur de Asia.

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Dicho esto, vamos al lío.

Aciertos

1. La novia. Ni me mataba de gusto ni me disgustaba su vestido de escote halter de encaje, diseño de Beatriz Claro, directora creativa de Claro Couture. Y estaba guapa. Lo que es, es.

Pero con tanta expectativa formada en algunos medios como si de la boda de la mismísima Diana de Gales se tratase uno se esperaba algo tan despampanante que cualquier cosa se habría quedado en un ay.

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2. Melyssa Pinto me resultó la invitada más acertada con su lencero rosa. Sobre todo porque estos midis son perfectos comodines para cualquier boda, mucho más correctos tantas veces que esos largos infinitos con colas que muchas invitadas se empeñan en cascarse en cuanto les llega una invitación como si de una alfombra roja se tratase.

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Melyssa Pinto

3. Cuelo en mis aciertos a esta mujer que nunca lo está. Dulceida. Por fin se quitó sus vestiditos cortos imposibles con cola de tantas bodas para elegir este buen dos piezas amarillo con escote halter de JCPajares.

Errores

1. Que no, que no le pillé yo el rollo al dos piezas de pantalón y chaleco de lino de Alba Paul. Era como para salir a comer a una terraza con las compis de la oficina un día cualquiera.

Alba Paul

2. Madame de Rosa. No es que fuera un error en sí misma, que no lo era, pero tampoco la pera limonera. Como siempre va disfrazada verla en lo terrenal de un atuendo, por estrafalario que pueda ser, es un alivio. De ahí a encumbrarla a mis aciertos hay un trecho.

Hoy termino con mi querida Anabel Pantoja, que no era error pero no me gusta que se tire al casi prohibido total black en una boda cuando su vestido halter fluido habría sido perfecto en cualquier otro color. Un rojo coral habría explotado todo su andalucismo. Si lo prefería oscuro, me habría encantado en un azul tinta, un burgundy, un verde botella…

El look de Anabel Pantoja en la boda de Susana Molina
El look de Anabel Pantoja en la boda de Susana Molina

Y aprovecho este final con Anabel para volver a protestar por todos esos mensajes de odio que la juzgan por su físico, a ella y a cualquier otra persona.

¿Tan aburridos están algunos para escupir su frustración por si unos u otros han subido o bajado tres kilos o si se quieren inflar a hamburguesas cada finde?

¡Qué pereza de haters!