Ha sido un año especialmente prolífico para las grandes sorpresas en cuestiones de estilo y también para los grandes fracasos. Un año de mucho color, de optimismos y volúmenes, y de mucho oro y metales. Pero el negro también ha sido estrella indiscutible en tantos eventos nocturnos. Un año de bonitos protagonismos y de absurdos estrellatos. Vamos, que un año más el balance está repletito de todo. Estos son para mí los 12 aciertos (Campanazos) y los 12 errores (Patizanos) de este 2018 que despedimos.

Enero. Angelina Jolie llegó a los Globos de Oro en muselina y plumas, de negro integral y causó sensación.

Febrero. Nieves Álvarez y su vestido joya D&G en los Goya, o cómo deslumbrar te pongas lo que te pongas.

Marzo. Tan criticado como adorado nadie duda de la sensación que causó Nicole Kidman y su azulón de escote corazón en los Oscar. Y eso es siempre un acierto.

Abril. El rosa cuarzo con flores de organza negra, sutil, que llevó Paz Vega en el Festival de Cine de Málaga. Lo firmaba The2ndSkin.

Mayo. La boda de Meghan Markle y el Príncipe Harry es sin duda nuestro acierto del mes de mayo de este año, ella estaba perfecta con su vestido simple e impecable.

Junio. El verde caqui floreado en blanco de Melania Trump en la visita de los Reyes de España a Estados Unidos eclipsó a la propia reina Letizia.

Julio. Las lentejuelas azul noche del midi divino de Macarena Gómez en el 30 aniversario de Vogue.

Agosto. El naranja efervescente del body de la reina Letizia y su falda azul cuajada de flores en la recepción a la sociedad balear de las vacaciones de verano de los Reyes en Mallorca.

Septiembre. El Dior romántico de novia con el que se casó Chiara Ferragni causó sensación en medio mundo.

Octubre. La reina Letizia nos regaló su look más depurado del año en los Premios Princesa de Asturias con aquel bordado plata y su pelo efecto mojado.

Noviembre. Marta Ortega y su divino Valentino de novia. Una joya tan lánguida como exquisita.

Diciembre. Penélope Cruz y su Chanel de cristal, su moño Audrey y su perfume internacional lleno de fuerza, causaron sensación en los Fashion Awards.

Enero. Flaco favor se hicieron Vivienne Westwood y Camila Cabello, la una a la otra, con aquel rojo drapeado de cortinaje de club de alterne en los Grammy.

Febrero. Dulceida, a pesar de estar guapa de cara, no acertó con su corto con cola en los Goya a lo Kendall Jenner. Cosas que pasan cuando uno arriesga al límite.

Marzo. Será difícil olvidar el patizano de Whoopi Goldberg en los Oscar. Su vestido cortina daba tanto miedo que era imposible que no fuese premeditado. Mala osadía.

Abril. Virginia Troconis nos regaló uno de sus 'imposibles' con este jumpsuit asimétrico y tan rococó como sus zapatos, en el 40 aniversario de los Premios Ari.

Mayo. La Gala MET tiene siempre sus divinas estridencias, pero ni con esas pudo acertar Donatella Versace.

Junio. La hermanas Olsen van de luto hasta en verano. Y da igual si el evento es tan fresh y luminoso como los Oscar de la Moda, los CFDA, que ellas no renuncian a su farragoso 'gotic'.

Julio. La 'reboda' de Cesc Fábregas y Daniella Semaan será recordada como un mundial de patinaje artístico. Así iban al menos los novios vestidos, como patinadores de hielo.

Agosto. El mini mini vestido de novia civil de Elena Tablada ya fue un presagio de los que sería el de la religiosa. Ambos eran terribles.

Septiembre. Que Millie Bobby Brown pareciese una Menina moñas en los Premios Emmy no era acierto, por mucho que se empeñasen algunos, incluidos los creativos de Calvin Klein.

Octubre. Es posible que sea el look más terrible de todo el año. La faldita de incierto print con el cuerpo flojo de escote halter de Sara Escudero en los Premios Iris TV era para llorar sin consuelo.

Noviembre. Amaia y su farragoso atuendo, lo firmase quien lo firmase parecía del chino de la esquina, en la Gala People in Red. Ella no estaba en red.

Diciembre. Paloma Faith será la princesa 'terribilis' de por vida con este vestidito rosa desilusión que llevo a los Fashion Awards. Mientras Penélope deslumbraba, ella se hundía en una ciénaga. Eso sí, muy rosa.