Sus 180 centímetros y sus medidas casi de manual de perfección en el mundo de la moda, 85-60-92, convirtieron a la andaluza Laura Sánchez en la modelo más top de finales de los 90. En 1998, la agencia Élite le concedió el premio The Look of the Year. Pero tiempo después, tras muchos años de pasarelas, flashes y trabajo constante, ella se convirtió en la actriz y mujer que hoy es.
Rezuma Andalucía por todos los costados, a pesar de haber nacido en Alemania. Y su simpatía es parte de esa imagen potente que transporta por la vida.
1. Tiene ese punto racial tan español que lo puede todo. Y encima ella lo potencia con arte para hacer de su ‘Sur’ un estandarte más que interesante.
2. Me gusta su naturalidad en los eventos simples, cuando no es necesario un ‘vestidazo’ de noche de estrellas. Me gusta su melena sin atrezzos y su espléndida compostura.
3. Es adicta a los pantalones. Y eso también es uno de los grandes aciertos de su imagen más fresca.
4. El color, como el optimismo de su personalidad, son otras de sus grandes bazas en cualquier momento del día.
5. Y si no es en colores intensos, el rojo y los verdes son sus talismanes, el negro sólido también resalta su potentísima personalidad.
6. Me gusta su ‘beauty’ en general porque sabe muy bien sacar partido a esa sonrisa que es el punto más potente de su rostro.
Pocos errores encuentro en esa imagen general fresca y optimista que siempre muestra. Quizá uno de sus únicos fallos sean algunos colores que restan algo de su luz natural, que la tiene a espuertas.
1. Debería huir de los marrones, los burdeos y los tonos oscuros, salvo que se vaya a los tintas y los negros más sólidos.
2. Por poner otro pequeño pero, no me gusta que tire de tendencias tan complicadas que ni sus 180 centímetros podrían salvar. Como estas imposibles botas XXL de mosquetero.