Aciertos y errores de los invitados a la boda de Carlos Cortina y Carla Vega - Penichet

divinity.es 06/09/2021 14:20

La boda de Carlos Cortina y Carla Vega-Penichet se convirtió el fin de semana en uno de los enlaces de la nueva temporada. Celebrada en Jerez de la Frontera y con un buen puñado de esas invitadas que acaparan a priori los flashes y los ojos de todos, el enlace fue, según dicen algunos ecos, una pasarela de tendencias para las próximas invitadas a otras ceremonias venideras.

Pero yo no vi eso, ni mucho más allá del lookazo de Amaia Salamanca, la clase de Rosario Domecq hasta para ir de marrón y el controvertido pero encantador vestido de Isabelle Junot.

Ay los ecos…

Aciertos

1. La naturalidad de la novia y su vestido romántico de aires andaluces eran perfectos para este enlace en el sur. Ella estaba espléndida.

2. Amaia Salamanca se gana el podio de invitada de esta boda con su ‘dos piezas’ en coral y rojo. Su falda lápiz y su blusa de organza eran lo mejor de lo mejor entre las invitadas.

3. Marta Ortega, la reina empresarial del low cost, se fue a un irregular vestido frambuesa con mangas de camisa, lazada de bata y superposición. Era raro pero interesante.

4. El marrón es de esos colores que yo jamás elegiría para una invitada a ningún evento o ceremonia. Salvo que una sea un cañón del estilo. Rosario Domecq, que lo es, se atrevió con este ‘dos piezas’ midi sin mangas. Y estaba estupenda.

5. Chocolate, satinado y asimétrico. El ‘slip dress’ de Renata Collado fue otro de los aciertos de la boda y ella es una de las nuevas protagonistas de sociedad.

6. Rojo, cruzado y escote semi Bardot. La clásica opción de la madrina Myriam Lapique.

7. Me costó reconocer a Elena Cue, pero su verde agua con casquete de rejilla era tan clásico como perfecto.

8. Amelia Millán se fue a la tendencia floral y con cinturón del mismo estampado. Tampoco era nada del otro mundo, pero no era un error.

9. Isabelle Junot. Que el vestido de estampado vichy blanco y negro era ideal, lo era. Que se podía quedar a caballo entre un almuerzo fino de verano y amigos en una finca y una merienda de tarde en la costa, pues también. Pero esto sólo significa que ‘lookazos’ como estos sirven para una ceremonia y no mueren después en el armario. No como esos vestidos de mantones de Manila que a menudo atufan ya a naftalina.

Errores

1. Para muestra de lo que se mustia en el fondo de todo armario, dos botones.

2. Y sí, siempre hay una tarta de más en todas las bodas. ¡Qué horror!

3. Y del exceso a lo que viene siendo un vestido de playa

¿Dónde estaban las referencias impactantes para otras bodas? Ay los ecos de nuevo…