El nuevo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, es un tipo alto, guapete y de buena arquitectura, algo que le favorece de manera natural en su imagen pública. Pero ¿este favor de la genética es un ‘con esto lo tengo ganado todo en mi imagen y me duermo en los laureles’?
Más allá de esta imagen internacional de nuevo dandy de la política con la que le han bautizado los medios en el extranjero, ¿cómo es la imagen pública del presidente y de su esposa Begoña Gómez?
Y este intento de mostrar, a lo Kennedy, su cotidiana agenda, sus paseítos por Moncloa en ropa de deporte, sus viajes, sus poses con gafas de sol en el avión presidencial…
Lo analizamos todo.
ACIERTOS
1 Los sastres marino simples, con corbatas azules y camisas blancas son una perfecta opción en sus actos de presidente. Los grises oscuros también son un punto fuerte.
2 En la normalidad de su ceremonia básica aprueban ambos, aunque tampoco sean el colmo de la sofisticación. Pero no ser sofisticadísimos no significa que no sean correctos en este tipo de 'dress code'. Aquí sí vale el menos es más porque ni son estrellas del espectáculo ni deben pretenderlo.
En el 'cóctel o noche' mejoran porque aquí la simplicidad triunfa y a Begoña le gusta el no riesgo de los negros sin excesos. Sí a los jumpsuites y trajes negros de ella y a los sastres oscuros él en los eventos nocturnos con photocall.
4 El rojo en sus corbatas también le funciona en los actos de gobierno puro y duro.
5 Los guiños rojos de ella, en sus cazadoras y sus prendas de abrigo también son positivos aunque no siempre vayan en consonancia con el resto de su outfit.
6 Los jeans a él le sientan estupendamente. Es una realidad.
7 Su ‘beauty’ es natural y correcto. Corte de pelo, piel y buen aspecto.
SU MAYOR ACIERTO es la falta de exceso en sus apariciones públicas, la arquitectura apuesta de él y la aparente normalidad de ella.
ERRORES
1 El tener un buen físico no lo consigue todo a la hora de ponerse un buen sastre. Ojo con la talla de las americanas, a veces flojas; y con los bajos de los pantalones, a menudo largos y anchos. Dos puntos flacos del presidente no siempre resueltos.
2 Ella patina en su sport más básico porque parece abandonada. Y la comodidad informal nunca puede parecer un abandono de la imagen aunque uno vaya al colegio a dejar a los niños o a por el pan al súper de la esquina.
3 Su naturalidad en actos informales pero públicos no es lo que mejor resuelven. O él se pasa de informalidad o ella no llega a ello. No es viable que uno lleve TShirt y la otra un cóctel básico con salones.
4 Los looks más cortos de Begoña están en el punto límite que pasa de natural informalidad a añorada adolescencia. No es un error de bulto pero sí un ojo! Igual que sus negros totales en looks de mañana.
5 El total black y con outfit tan ceñido que podría pasar por un body de patinadora artística de Begoña en su primera aparición pública tras la llegada a la Moncloa no ha sido la mejor decisión.
6 Las fotos del avión presidencial, Pedro con gafas de sol y pretendida naturalidad, nada que no hubieran hecho antes otros presidentes en el intento de mostrar lo cotidiano del ajetreo diario, es un postureo muy americano de película. No le veo el rollo, la verdad.
SU MAYOR ERROR es la dejadez de la imagen de ella en su día a día fuera de plano y la de él en detalles simples como sus bajos o sus tallas que pueden arruinar lo impecable de un sastre limpio.