Puntadas con o sin hilo de la 75ª edición de Fashion Week Madrid Otoño- Invierno

divinity.es 13/03/2022 19:35

Ya con la pandemia semi dominada, a pocos días de que vayan desapareciendo las mascarillas, la MBFWMadrid volvía, y nosotros con ella, en un ejercicio de casi normalidad. Teníamos ganas.

Ganó la colección esta edición Redondo Brand. Muchos hablaban de este premio antes de verlo siquiera en pasarela. No le quitaré yo prestigio a lo que otros decidieron, pero yo este año echaba en falta a mi adorado Burillo y su exquisito The 2nd Skin. Este año he echado en falta que se premie el gusto.

Se hablaba también, en muchos de esos corrillos de sociedad que se establecen entre los colegas de la prensa, los de siempre, los nuevos y hasta algunos invitados, de todo lo que ya no vemos en estas semanas de moda, quizá lejos de las grandes citas con muchos diseñadores históricos que ya ni pisan estos tapices y de los que los jóvenes ni siquiera saben lo que en sus épocas doradas hicieron por esta industria.

Son muchos años los que llevamos al pie de la pasarela, desfile a desfile, a favor de esta moda nuestra no siempre bien reconocida. Por eso, como digo cada temporada, que vaya por delante que mi análisis lo hago con todo el valor y el mérito que reconozco en todos y cada uno de los diseñadores que nos muestran su trabajo en esta semana. Me gusten más o menos. Sean amigos o no.

Y aviso también como siempre, que el orden de estas Puntadas es el mismo que tenía marcado cada desfile dentro del calendario de la semana. No de todos hablaré, no a todos voy a juzgar. Eso, también es un juicio en mi libertad de expresión. Que nadie se ofenda. O sí, pero con cordura.

Pedro del Hierro

Con hilo

El circuito oficial para mí empezaba con la casa Del Hierro. Su colección no podía dar más sentido al futuro Otoño/Invierno. Se respiraba en los trazos, en los colores, en sus pantalones, en sus lanas, en sus terciopelos encendidos… En ese binomio entre los trench de cuadros tan ingleses y ese jazz de unos años 20 dorados y llenos de glamour. Del Hierro ve su próximo invierno con unas lentes llenas de elegancia y de chispas. Sobre todos de chispas, como las que desprenden los ojos de los amantes cuando se enamoran a primera vista.

Ágatha Ruiz de la Prada

Sin hilo

Es tan cierto como que estamos en marzo que la identidad de marca es fundamental para que en cualquier lugar del planeta, no importen los tiempos ni los años, se pueda identificar un producto al instante. De eso Ágatha estás más que sobrada. De eso y de color, de optimismo, de una eterna juventud que la pasea por el mundo sin rubor subida a unas plataformas del color de los chicles infantiles y forrada de un borrego borracho de rosas, de naranjas, de turquesa, de lo que sea…

Pero yo que le he dado en los últimos 20 años tanto rosas como espinas no me sentiría conforme con mi trabajo si hoy no le diese un ‘Sin Hilo’. Que más que una crítica es un no todo vale con cambiar una flor de un bolso, un bajo de un palazzo o las hombreras de un vestido que nadie sabrá el año que bien de qué década era.

Malne

Con hilo

Sé que ellos me guardan cariño y lo agradezco de corazón. Y sé también que aceptan mis Puntadas hasta cuando no se las doy con hilo. Este año tenía el compromiso de verles sin reservas, libre, como su pastilla giratoria y su desfile con performance de transformaciones en directo.

No todo me gustó, lo reconozco, pero sus perlas XXL sobre sus abrigos globo, su total black & white y su esfuerzo por seguir brillando merecen esta buena puntada.

Dominnico

Sin hilo

Sé que muchos dirán que son la pera, yo me pasmé en su día, y no de gusto, con sus pamelas lámpara y sus flecos llenos de despropósitos. Sé también que la moda en las Semanas de Moda de todo el mundo es espectáculo, show, teatro… Pero si no hay un hilo que una y haga real lo que se teatraliza y lo que luego se vende no tiene sentido esta industria. Con estos mozos de Dominnico sigo perdido. Su desfile me pareció una colección de bragas, ni siquiera deluxe, y de todo tipo de chándales de polígono. Ya lo siento. O no.

Pertegaz

Con hilo

El Pertegaz aún de Jorge Vázquez se subió a un tren de nostalgias y volvió a lo mejor de sus orígenes, a esos años 60 depurados y chispeantes de una Barcelona tan fresh como el mono de Salomé en Eurovisión, con kilos y kilos de sonrisas y de canutillos de cerámica azul mediterráneo. Volvimos a respirarlo, 54 años después en una réplica en color tabaco. Y volvimos a revivir un Pertegaz de fiestas, de miradas, de encuentros y cortejos, como en los mejores guateques de antaño.

Roberto Diz

Con hilo

Cerraba la noche de Diz una resucitada Mar Flores, que envejece con la misma belleza de las emperatrices, aunque nada de eso tenga. En el vestidor de un soñado palacio, Roberto había mezclado con gusto los cadmios con los verdes, los tintas con los rosas encendidos para hacer del invierno una postal tan cálida como las puestas de sol en un bosque de hojas. Sus mujeres no tienen edad, ni saben de tiempos, sólo viven y se embellecen al compás de los relojes de la vida.

Andrés Sardá

Con hilo

Andrés Velencoso es capaz de levantar una grada con un simple golpe de cadera, esa suya tan sensual como masculina. Lo tenían todo a su favor para hacerse con el público, Velencoso y Sardá, Sardá y Velencoso. Han madurado, firma y top model, con tanto placer que su disco neoyorquina de los 70 tenía todo el rollo del planeta. Yo quiero vivir en esa disco, con ropa, sin ella, qué más da… Todo vale si la pista la animan los ‘Andreses’ y en la copa sólo caben la diversión y el glamur de la mejor fiesta.

Isabel Sanchís

Con hilo

Sólo por la falda con cancán, plisada, estampada, divina con la que se abría el desfile de Sanchís yo habría podido aguantar horas de espera en un oscuro hangar para ver la luz en mitad de la noche. Sus sobrefaldas Menina de alambres y pétalos, sus flecos, sus cuellos eternos de pelo, sus Gales, su blanco y negro, sus chaquetas y vestidos de espaldas abiertas, desnudas en la penumbra… Mereció la pena cualquier espera.

Hannibal Laguna

Con hilo

Podría haber titulado su desfile en cualquier crónica de la última década con un ‘las rayas vuelven a salvar a Laguna’. Y así es. Para mis ojos críticos con los desfiles de Hannibal, las rayas en cadmio, verdes, azules, limas, limones le han convertido en dos ocasiones ya en punto de mira gustoso y feliz. Me encantan sus vestidos de mangas globo, sus rayas al bies, sus azules de mar con toques ácidos tropicales. Me gusta tanto que olvido por segundos sus tediosos vestidos de madrina tan arcaicos en tantas ocasiones. Bien Laguna, bien.

Roberto Torretta

Sin hilo

Qué lejos me queda en la memoria aquel Roberto de la napa divina, de sus faldas de cuero, de sus patrones de piel, de su gusto que parecía que nunca se esfumaría. Y ya van dos ediciones, y hasta tres, que salgo de su desfile y de su colección con la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Mucho mejor.

Este año me han aburrido sus patrones, como de sastre en declive y sin ganas. Me han nublado la vista sus colores sin empatía. He llegado a bostezar. Quizá es momento de innovar Don Roberto, pero revolviendo en los baúles de su mejor memoria.

Teresa Helbig

Con hilo

La librería de Helbig era una oda a las mujeres y a la escritura. Yo no encontré la conexión con los libros y sus patrones, más allá de esa librería virtual que nos llenaba con ese dulzón pellizco del vértigo desde un vídeoworld, pero sí volví a contagiarme de su inquietud, a vibrar con su energía y a hechizarme con sus sueños como de niña traviesa que siempre avanza. Así viví una vez más su glitter, sus vestidos con tachuelas, sus bordados y sus eternos largos para noches diferentes.

Jorge Vázquez

Con hilo

Claveles rojos, cante andaluz en plena capital y un perfume tan Castizo como exquisito. Vázquez sabe extender su elegantísimo pulso en mil noches vestidas de azabache, en esas mujeres de arte y glamur, de paso firme y caderas de ciudad pateando la Gran Vía, tomando una copa en Chicote, alternando con las estrellas de un Hollywood no tan lejano. Terciopelos, tweeds, muselinas, sedas y flores de cristal, baberos joya que lloran cuando llega la madrugada y el fin de su fiesta elegante y eterna.

Angel Schlesser

Sin hilo

Todo se fue al garete el mismo día que el elegante Schlesser vendió su firma. Todo. Pero tampoco creí que iría de mal en peor, año a año, el gusto de quienes sustentan la firma que fue y que no volverá. La colección de este año era insulsa, fea, sin ningún hilo conductor… Parecía un carro de almacén low cost con trasnochados uniformes de azafata de congresos.

Claro Couture

Con hilo

Una segunda vida, más allá de lo terrenal y de lo físico. Con esta premisa partía el desfile de la colección de Claro, para embarcarse en lo etéreo de sus vestidos transparentes, con vuelos, con volantes simulados, con drapeados… Pero yo, precisamente me quedo con lo contrario, con lo terrenal, con la primera vida, la real, la tangible, como sus chaquetas y dos piezas con cristales que reflejan el ahora, con centellas que brillan y flores que hasta suenan.

Otrura

Sin hilo

Me habían dicho, entre un vino helado y un vodka tonic con lima, que me iba a sorprender esta firma, como antaño lo hiciera el divinamente irreverente Delfín. Y cuando me senté y comenzó el desfile me imaginé a David sonriendo de lado, sin malicia porque él era bueno. Salí del tedio del desfile de Otrura pensando en el tipejo me había dicho que me sorprendería, no sé si para darle consejos o para llenarle el siguiente vino de pimienta y cayena. No sé ni qué destacar del desfile. Tendré que esperar al que viene, intentando borrar lo vivido. ¿Podrá con ello la férrea memoria?

Custo Barcelona

Sin hilo

Nuca me ha gustado Custo, bueno su obra quiero decir. Aun así llegué a entender su poderío de mucha caña y poco gusto en una etapa de transgresiones y fiestas de ciudad postmoderna como fue su Barcelona de hace tantos años… Pero ha pasado la vida y aquello que nunca me gustó y que a pesar de ello llegué a comprender, vuelve a no tener sentido. Será porque nunca cambia nada en Custo Barcelona, por mucho que cambie la vida.

María Lafuente

Con hilo

Llevaba años sin hacerlo y este he vuelto a desfilar para María Lafuente, mi amiga María. Lo he hecho porque esta edición era especial para ella y por tanto para los que la queremos. Hoy no voy a ser justo para algunos, lo sé, porque voy a hablar con la subjetividad del corazón. Pero yo sé que sí lo soy en el fondo, porque más allá de mi amistad y del recuerdo que ambos tenemos por muchas personas que se fueron de nuestras vidas, hoy he vuelto a sentir en mi propia piel toda la fantasía que exporta al mundo María con su talento, con toda su divina locura y sus caos. Sus lentejuelas de vino tinto al sol, sus tules fluorescentes, sus lienzos innovadores y sostenibles, su compromiso con la naturaleza y la vida, su arte y su alma, merecen mi admiración. Hoy he vuelto a desfilar para mi amiga María, tras un son de gaitas y memoria, y he sido feliz. Con y por ella.

¡Nos vemos en la MBFWMadrid primavera verano!