Puntadas con o sin hilo de la MBFWM otoño invierno 2020

divinity.es 03/02/2020 09:31

No era descabellado que Juan Vidal volviese a conseguir este año el premio Loreal a la mejor colección de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Y no lo era porque este niño travieso, con aguja de triunfador, ha vuelto a demostrar esta semana que la moda en España sigue pujando para conseguir un podio que a menudo es más reconocido fuera de nuestras fronteras que aquí dentro.

Juan Vidal, mi amigo Antonio Burillo como parte creativa de The 2nd Skin Co, y el señor Jorge Vázquez al frente de la nueva dirección creativa del imperio Pertegaz, han sido, de largo, lo mejor de esta semana de moda española. Y serán, no lo dudo, ejemplo internacional de la moda que se cuece en España en este nada galáctico 2020.

Ni odiseas, ni galaxias, ni extraterrestres. El 2020 es tangible, glamuroso y ‘revival’ de muchas modas tradicionales de nuestra historia reciente. Y también es tan comprometido con la vida, en toda su grandeza, como la moda que crea María Lafuente.

Vamos al lío. Ni todo lo que vi me gusta, ni todo lo que me disgusta me deja indiferente. Pero este año, después de tantos que ni recuerdo escribiendo desfile a desfile, ajeno al agotamiento, he decidido que mis ‘Puntadas con o sin hilo’ necesitaban reposar y saber elegir. Es decir, que en vez de tenerlas día a día, he querido madurar todo lo visto durante la semana para ensalzar con calma lo que me ha vuelto a enamorar de nuestros diseñadores y lo que sigue sin gustarme. Porque no vale escribir de todo porque sí como si fuese una obligación, aunque yo nunca la haya tenido.

No estarán todos, como digo, porque he decidido escribir de lo que me parece con la misma libertad de siempre y a partir de esta edición descartando de mi análisis, supongo que la edad y los años dedicados a esta Fashion Week tienen este privilegio, lo que me ha dado la gana. Los que se sientan olvidados, que no se ofendan, simplemente que tomen nota para la próxima.

Y por cierto, le doy la bienvenida a la dirección de la MBFWM a mi querida Nuria de Miguel y espero que esto y su relevo en la jefatura de prensa se traduzca en la próxima edición en buenos cambios, que siempre son necesarios.

Aviso. El orden de estas Puntadas, que nadie se ofenda tampoco, sigue otro orden, el que tenía marcado cada desfile dentro del calendario de la semana. Y que vaya por delante que mi análisis lo hago con todo el valor y el mérito que reconozco en todos y cada uno de los diseñadores que nos muestran su trabajo en esta semana de moda. Me gusten más o menos. Sean amigos o no.

María Lafuente

Con hilo

Arrancó mi amiga María, ella es puro arranque y optimismo, una semana que culmina muchos meses de trabajo. El de ella tenía sello de arte en toda regla, el de las lonas que cubrieron el Museo del Prado en su Bicentenario. Sí, cada pieza de esta colección está hecha con mucho amor y pedazos de esas lonas que vivieron, históricas, sobre los muros del Prado en el Madrid más imperial.

Su ‘Causalidad’, así llama María a su trabajo de este año, llegaba de la imaginación de un hada del bosque que se ha encontrado en el camino un precioso libro de pintura. De su mente inquieta nacieron estructuras de pura arquitectura, pliegues, rosetones, gárgolas, lienzos sobre los que ella rotula la historia de una de las más grandes pinacotecas del mundo. Y para abrigar esa historia, el punto cálido de la lana de María, su dulzura, su picardía y toda su naturaleza, tan bonita y sostenible.

Roberto Diz

Con hilo

Hay algo en Roberto que me desconcierta, no sé si es su collage de mezclas imposibles o su dualidad para hacer cosas tremendamente cálidas y suntuosas con otras extravagantes y de dudosa reputación. Según arrancó el desfile de su colección nos sentimos abrigados en un otoño tan luminoso como sus abrigos de lana color cadmio.

Ellos, sus pantalones de punto fluido, los tuxedós de lentejuelas negras, la noche negra y rotunda de sus vestidos túnica contrastaban con una farándula de volantes excesivos y batas cabareteras. Yo lo de rizar el rizo no lo entendí, dice él que la colección estaba basada en los restos de un posible accidente aéreo y por eso la llama La caja N3gra, pero yo no lo pillo por ningún lado. Así que voy a obviar su filosofía previa y que vaya por delante que el ‘con hilo’ de este año es al esfuerzo de hacer que muchas de sus cosas me cobijen, aunque sea en un desapacible otoño en plena catástrofe aérea.

Andrés Sardá

Con hilo

Era un In Memorian en toda regla, como cabía esperar. Y para rendir tributo a ese hombre que nos ha hecho ver la noche pura y la imaginación más sexy y tintineante con un simple sostén o unas ligas durante tantos años, la casa Sardá enlutó, con mantilla y teja de duelo infinito, a cuatro tops y musas internacionales. Judit Mascó, Vanesa Lorenzo, Martina Klein y Verónica Blume pasaron del negro luto a la explosión del color, como le gustaría a Andrés. Esa salida de las cuatro, en sombra y silueta, con sus ‘bustiers’ de cuello cisne en encaje negro y sus faldas rosa capote, era un homenaje colosal. En algún lugar estaría Sardá sonriendo, seguro, como lo hacen las buganvillas mediterráneas haga sol o explote una tormenta.

Ágatha Ruiz de la Prada

Con hilo

Era una colección complicada para Ágatha, ella lo había explicado justo antes de iniciar su desfile, por la muerte de una de sus manos derechas en los últimos 20 años. Pero con toda esa emoción y con un ‘front row’ más que entregado por la expectación de sus dos ‘modelos’ estrella, Mila Ximénez y Alejandra Rubio, el éxito estaba casi garantizado. Pero más allá de ese éxito mediático, Mila es carne de escena y sabe darlo todo y Rubio ha entrado ya por la puerta grande de la pana social para, intuyo, quedarse mucho tiempo, la firma volvió al pasacalles optimista y colorista al que nos tiene acostumbrados. Y eso sigue siento también un éxito. Dicen algunos que este año era menos Ágatha. Pues a mí esos ‘caftanes Mila’ me gustaban de calle y me parecen tan y tan Ágatha Ruiz de la Prada que ‘lo compro’.

Hannibal Laguna

Con hilo

Tengo yo con Hannibal, ya lo sabéis bien muchos de los que leéis mis Puntadas desde hace años, un duelo de amor y tedio, porque nunca ha sido odio. Amor porque destaco en él el esfuerzo y la constancia laboral desde hace décadas, venga como vega la vida. Tedio porque cada temporada vuelvo a su desfile con el sueño infantil de que me haga volar a otro sitio que no sean sus rancios looks de madrina de boda trasnochada. Sé que a él le disgusta que diga esto cada temporada.

Pero mira por dónde, pocas veces me pasa, su creatividad reservada hizo que durante el inicio y el final del desfile mi mente pensase en grandes casas de costura francesa y española del siglo pasado. Y el niño que sueña en mi interior sonrió. Y me enamoré de sus faldas de lana cadmio de talle altísimo con blusas de seda de rayas azulonas y verdes, de sus vestidos eternos de rayas con mangas farol como globos del tiempo. Y hasta de sus top volátiles de rejilla y azabache sobre sus vestidos de noche. En medio, el tedio de otras veces, pero si ha habido sueño bonito, aunque no sea completo, lo celebro con gozo. Y este año, ahí va un cariñoso ‘con hilo’.

Roberto Torretta

Sin hilo

Con Roberto, como en la edición pasada, me llegó el sueño. Pero no de los bonitos, no, sino de los de dormirte de puro aburrimiento. Dice su filosofía que la colección es cálida y espontánea. Tela. Yo la encuentro fría y aburrida hasta ni sé dónde. Él, Torretta, es maestro de la piel, lo va a ser siempre. En mi memoria están sus faldas de napa, sus trenchs, sus trajes de chaqueta… Y eso es lo único que me ha gustado de este desfile. No le pienso quitar ese mérito jamás. Pero creo que lleva años dormido en un limbo que en la moda sólo implica una muerte lenta.

Esta edición me ha aburrido su paleta de color, que no levantaban del tedio marrón y topo ni las flores rosas chillonas de sus escasos estampados. Sus blusas con lazada bajo blazer y sus falditas rancias eran como de azafata de vuelo, pero no de las nuevas y potentes de Iberia by Helbig no, sino de las rancias de antaño con uniformes borrachos de naftalina. Y no os cuento ya de las botas de agua con suelas de dientes de goma… En fin, que despierte Torretta de nuevo o se quedará dormido eternamente en esa ciénaga para la que intuyo que ha encargado semejantes botitas.

Fernando Claro

Sin hilo

Decía Claro que su colección ‘Más amor’ era Alma, Razón, Quimera y Gracia… vamos como una copla de antaño llena de folclóricas empoderadas. Y sí, eso parecían algunas de sus salidas en este desfile, una especie de batas sin cola, tan recargadas y abullonadas que las folclóricas de antaño habrían necesitado un tanque de la Unidad de Emergencias del Ejército para poder menearlas. Eso, y mucho rizo de más y mucho sombrero cordobés con looks nocturnos de raso y strass.

O sea, el brilli ese que ciega, no sabemos si por un sol en mitad de la noche o por tanto cristal en cualquier momento del día. Dicotomías. Si me dicen que esto era la Semana de la moda flamenca post moderna y que la filosofía era la noche ochentera andaluza, lo habría entendido mejor. Seguro. Mientras tanto, y danto tiempo al tiempo porque acaban de llegar, porque algunas cosas tenían su aquél, por el esfuerzo y por su jefa de comunicación que sí que es ‘Más amor’, me quedo en el andén esperando al siguiente tren. O ya puestos, me quedo en el camino esperando a que llegue la siguiente carreta. ¡Ya veremos!

Custo Barcelona

Sin hilo

Llegaba Custo a la Fashion como con rollo de ser un chico nuevo, no sé si por aquello de las nuevas tecnologías o por haber desterrado de sus looks las toneladas de lycra y glitter graffitero de los últimos tiempos. Pero el caso es que yo, quitando ese exceso de glitter que ha desaparecido de su mundo, sigo viendo lo mismo de siempre. Un poco de urbanidad por aquí, otro poco por allá. Vamos que no navego en otra ciudad como quisiera hacer con sus propuestas. Y sí, la continuidad es un punto a favor, pero cuando sobre ella van y vienen ideas nuevas, locas o cuerdas, para que el hilo conductor se siga enriqueciendo. Quizá es que con Custo me pasa que se quedó en unos 90 que tuvieron su aquél, pero del que negarse a salir le condena a seguir siendo lo que fue, sin que eso fuera en su día lo más de lo más.

Pertegaz

Con hilo

Todos los ojos del mundo de la moda estaban puestos en el Palacio de Cristal del Ayuntamiento de Madrid, o sea, el Palacio Cibeles. Allí, con una orquesta en directo para que las plumas de Jorge Vázquez flotasen con la eterna nostalgia de Pertegaz, desembarcaba el niño mimado en el imperio de un maestro. Y eso era tanta responsabilidad que cuando empezaba el desfile, caótico en su convocatoria quizá por masiva y poco asumible, todos contuvimos el aliento unos segundos. La falta de aire duró sólo eso, hasta que todas esas plumas, los rasos de lazadas exquisitas, los abullonados divinos, los glitter más sofisticados del planeta, los prints más elegantes del mundo y la feminidad infinita lo llenasen todo como un perfume que podría perdurar en el tiempo, aunque llegase una glaciación. Reto conseguido. Gloria a Pertegaz y a su nueva era, que espero sea dichosa y larga como maravillosa ha sido la llegada de Vázquez.

Lo de tener a un nutrido grupo de famosos y prensa en la puerta porque el aforo estaba completo, yo tuve la fortuna de entrar, ya no sirve ni como estrategia. Es un despropósito tal como para ahorcar un año más a su responsable de comunicación. A pesar de eso la colección merece este dignísimo ‘con hilo’.

Dominnico

Sin hilo

Llegaba yo de buena mañana con el almíbar en la boca que nos había dejado la noche de Pertegaz para toparme con el primer desfile del viernes. No sabíamos de ellos, se hacen llamar Dominnico. Soy iluso, pensé que sería bonito seguir en un sueño. Y del exquisito Pertegaz y su música bajo el techo de cristal de Cibeles, me topé con la realidad del nuevo día. No hay metáforas aquí, pasé del sueño bonito a una pesadilla de disfraces de carnaval cañí. Rosalía a todo decibelio, no ella aunque algunas lenguas decían que desfilaría, sino su música. Y un sinfín de plataformas, mantones de Manila hechos vestidos de un burlesque de dudoso gusto y botas catwoman hasta las ingles, qué dolor. Mucho, muy feo y todo junto. Señores, me bajo del mundo, yo quiero seguir soñando con las plumas de Vázquez y la moda con sentido y sentimiento.

THE 2nd SKIN CO

Con hilo

Woodland. El otoño en ese bosque maduro y rico de la firma es absolutamente hechizante. Sí, no tengo dudas de que es de lo mejor que hemos visto esta semana de moda en Madrid. No me puede el cariño que le tengo a Antonio Burillo, amigo, colega, compañero de raíces aragonesas… Soy tan realista como la emoción que desprenden sus prendas. Lo que hace The 2nd Skin Co es siempre tan exquisito como innovador. Sus mezclas cálidas de lana, con lentejuelas y paños de cuadros son sublimes. Sus volúmenes amplios mezclados con prendas ajustadas a la más pura feminidad, sus túnicas flotantes con escote palabra de honor sobre pitillos de glitter anaranjados, sus ricas telas rosa cuarzo mezcladas con lentejuelas plata, sus siluetas oversize… Todo me gusta, todo me enriquece, tanto o más que esa paleta cromática que nos adentra en un bosque donde me quedaría a vivir, con una chimenea encendida y un olor de pinos, eucaliptos y mandarinas maduras, hasta el final de los días.

Teresa Helbig

Con hilo

El laboratorio de Helbig, alquimia de un opium romántico, es tan chic que no sabría con qué quedarme, si con sus cintas de terciopelo negro en esos vestidos geométricos de tul, o con los cristales bordados en esas chaquetillas sobre faldas de cuero negro, o con los vestidos de punto beige que Teresa sigue ofreciendo ya casi como un estandarte de su marca. Quizá podría decantarme por sus vestidos como batas orientales en negro y oro, sus sedas ricas de otro mundo, sus enjambres perfectos en vestidos impecables o hasta con sus lanas inglesas en sus dos piezas de pura inspiración británica. No puedo decidirme, me quedo con todo, que quedo con ella.

Juan Vidal

Con hilo

Yo le dije una vez a Juan que podría casarme con él sólo por su maravillosa maestría innata con la aguja, por hacer cosas tan bonitas y por su delicadeza, esa que contrasta con un look de niño travieso y hasta malote… Este año celebro de nuevo su premio y su triunfo. Este año me he vuelto a enamorar gracias a sus vestidos rojos de lazadas, sutiles y vibrantes a la vez, como los besos robados. También de sus cuellos cervantinos ultra femeninos, o de sus abrigos de lana con pompones, que me recuerdan a mi abuela materna, sofisticada y altísima, en aquellos años de mi infancia. Eso ha conseguido Juan una vez más, llevarnos a la infancia, a la nostalgia, al recuerdo, a los rincones que seguimos amando pasen los años que pasen. Chapó.

TRECE. Estas han sido las Puntadas elegidas para esta edición. No ha sido un sorteo, me he dejado llevar por todo lo que me ha hecho pensar, bien o mal estos días, porque este, en realidad, es el verdadero sentido de la moda. No me he olvidado del resto, de los siempre presentes Locking, Moisés Nieto, Devota&Lomba, Schlesser, Ulises Mérida… No, no me he olvidado, ni he dejado de observarles, con el mismo tiempo y respeto que he hecho con todos. Será que tendrán que hacerme pensar más el verano que viene.

Y por cierto, no fui al ‘Casino Navarrete’ que montó Eduardo en la mítica Joy Eslava el mismo día que arrancaba esta semana de infarto. No fui simplemente porque nunca llegó una invitación y aunque uno esté acreditado eternamente en MBFWM como Prensa especializada, a mí me enseñaron que sólo se va a las fiestas privadas, fuera de lo oficial de la Fashion, si te invita personalmente el que las convoca. O sea, el que pone los ganchitos y los refrescos de cola. O lo que sea. Señor Navarrete, la próxima acuérdese que será un placer analizarle para que desembarque o naufrague, en mi Puntadas. No prometo alabanzas, pero sí mi tiempo.

¡Nos vemos en la MBFWMadrid primavera verano 2020!

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