Aciertos y errores del estilo de Samantha Vallejo-Nágera

divinity.es 07/06/2020 09:41

Es Samantha Vallejo-Nágera como una excéntrica curiosa del cine italiano de los 60, que tan pronto nos llena de optimismo con sus extravagantes colores y estampados bajo pamelas del tamaño de paellas, como nos hace sonreír por el límite de su estrambótica locura.

Ella y el color van de la mano en la cocina, en su casa y en esa moda tan particular que ella entiende con la energía y la inocencia de los niños.

Su estilo es como un ‘pop art’ de nueva era donde los alimentos, la fauna marina, la flora y el menaje conviven en ‘loca armonía’ en un fondo de armario que es todo color sea invierno o verano.

Aciertos

1, Con estos looks tan suyos de ceremonia optimista resumo todo el inicio de mi análisis.

2. Sus complementos son otros de sus talismanes. Un bolso tarta, unas pulseras tenedor o unos pendientes XXL… Ella.

3. Si la noche es de fiesta, pues un print de oro y con dos faroles.

4. Me gusta su despreocupada naturalidad hasta cuando se arregla para presentar un evento.

5. Su paleta de color es un lugar sin límites. Y ella ahí se maneja a sus anchas.

LO MEJOR DE SU IMAGEN está en esos dos puntos fuertes suyos, el color a toda costa y el optimismo en cualquier look, sin complejos y sin miramientos.

Errores

1. Abusa de este corte pirata en esos pantalones que deberían estar prohibidos en la moda porque no sientan bien ni a una ‘súper top’ de piernas infinitas.

2. El negro en su caso es escollo en vez de talismán. Será que nos hemos acostumbrado a su color sin límites…

3. Y si ya combina negros y sólidos con sus piratas el resultado es ‘anti maridaje’ total.

4. Tampoco acierta con sus ‘improvisados’ imposibles. Hasta la natural extravagancia tiene que tener unos minutos de estudio para no acabar derrapando.

5. Y es que de la extravagancia con punto al disfraz puede haber un paso minúsculo. Ese es uno de sus puntos flojos.

LO PEOR DE SU IMAGEN… En ella se da ese caso de tener lo mejor y lo peor de su imagen en su curiosa extravagancia. Y tiene su lógica, porque las cosas muy dispares son las que nos hacen destacar de los demás, pero también penden de ese hilo de vértigo en el que con un mínimo desequilibrio caemos al vacío.

O sea, que lo mismo que me chifla de ella cuando se calza un ‘lookazo’ de invitada como el de la boda de Eva González, me puede espantar cuando parece que les ha robado un disfraz a sus hijos para vestirse de abeja Maya con botas de cuero y chaquetilla de maestro circense. Pero a pesar de todo, me gusta que sea tan ella…

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