Fue la mujer del penúltimo presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, en muchos sentidos. Fue sus pies, sus manos, sus ojos y hasta la lupa de sus errores y sus aciertos en muchos otros sentidos. Y lo fue hasta la misma llegada del señor Sánchez.
Sí, hablamos de Soraya Sáenz de Santamaría, que hoy ha comunicado a su partido que abandona la política porque cree, tras una profunda reflexión, que es lo mejor para la nueva dirección del Partido Popular. Así, de cuajo y sin anestesias, como el que deja de fumar de un día para otro. Que es como dicen que se deben dejar las cosas para no volver a ellas, o al menos no tener la intención de hacerlo, porque conseguirlo es harina de otro costal.
Pero ni me toca a mí juzgar su marcha, ni los porqués de la misma, ni siquiera su vuelta si es que la hubiere. Hoy saco la lupa para analizar el estilo y la imagen de esta señora singular que nos ha dejado la retina llena de errores de estilo más que de protocolo social en sí. Porque el protocolo social de moda lo conoce, pero no siempre lo acompaña de estilo y gusto.
1. Su ceremonia institucional de día es correcta, sea más o menos estilosa. Guste más o menos. Incluso con algunos de sus toques de atrevimiento, pocos pero los hubo, consiguió críticas y sonrisas y esto en la vida social es más que un halago. ¿Quién no recuerda aquellos guantes nazarenos con su cóctel básico negro y sus zapatos de madroños?
2. A menudo sus básicos le han salvado de caer en la ranciedad. Porque un buen tono bajo un sastre negro pocas veces falla.
3 Se apuntó a la tendencia de las gafas XL sin derrapar, algo es algo.
4 A veces el negro le ha funcionado y hasta estilizado, como en esta ocasión, aunque sus color son el blanco, o el rojo y los tonos subidos.
SU MAYOR ACIERTO está en las ceremonias de día, maneja aceptablemente este protocolo institucional.
ERRORES
1.Su pobre beauty y makeup nos han dejado imágenes como esta.
2. La sencillez no es sinónimo de pasotismo, y a menudo lo parecía. Y a veces es peor parecerlo si encima no es la intención.
3. Sus looks de noches de fiesta no siempre han sido sus aliados. Unas veces por no llegar, otras por echarse años encima.
4 El ejemplo claro de cuando un total black no lo arregla todo.
SU MAYOR ERROR está en la dejadez aparente de su makeup y su cabello, y en algunas superposiciones y atrezzos que incrementan su edad y la rancian.