El reencuentro histórico entre El Cordobés padre y El Cordobés hijo cierra por fin una historia demasiado larga sobre una paternidad no reconocida. Sin embargo la fotografía del abrazo entre ambos cuenta con una tercera protagonista ausente: la de María Dolores Díaz. Ella también merece su sitio tras sacar a su hijo adelante mientras era negada y repudiada por el veterano matador.
La historia comienza 1967 cuando Benítez, en lo más alto de su éxito taurino, conoce a María Dolores. Se trataba de una joven hermosa y rubia que servía en la casa de unos amigos del maestro. Cada vez que 'El Cordobés' padre visitaba a estos amigos, no podía evitar la atracción que sentía por la muchacha de la casa y empezó a cortejarla.
Según cuenta Manuel Román en Libertad Digital, las formas de ligar del matador no eran las más elegantes y “probablemente molesta por el acoso de Benítez, optó por dejar de prestar sus servicios en aquel hogar, marchándose de camarera a una cafetería de la misma calle”. El artífice del “salto de la rana” descubrió el nuevo lugar de trabajo de María Dolores y continuó en su empeño.
Manuel Benítez consiguió finalmente seducir a la joven y ésta se quedó embarazada. Aquí empieza su calvario. Eran otros tiempos y los padres de la joven la echaron de casa y el torero se desentendió del bebé. Manuel creció sin padre y en una situación económica precaria. María Dolores tuvo otros cinco hijos con otro hombre, pero la familia apenas tenía recursos y la bonanza no llegó a aquella familia hasta que Manuel tomó la alternativa y, como su ausente padre, triunfó en las plazas de todo el mundo.
Manuel Díaz 'El Cordobés' hijo siempre se ha desvivido por su progenitora. A ella le dedicó su libro de memorias. "A ella y a todas las madres que defienden su verdad", declaró entonces. Discreta y cauta, Maria Dolores nunca quiso hacer circo mediático de su maternidad y cuando los tribunales determinaron que su hijo también lo era del torero en 2016 se limitó a asegurar que se sentía “feliz y satisfecha".
-EL INESPERADO REENCUENTRO ENTRE MANUEL DÍAZ Y SU PADRE