Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano. El matiz viene después… cuando lo hacen en la portada del Diez Minutos. La polémica ha rodeado el último posado-robado de Chelo García Cortés y su novia, pero la gran noticia de todo esto es que el escándalo no ha girado, ni siquiera de refilón, en que sean dos mujeres enamoradas las protagonistas. Podemos celebrar que la normalidad LGTBI ha tomado el kiosko, aunque hay unos cuantos precedentes.
La revista ‘Pronto’ llevó a su portada la boda simbólica de Raquel Morillas y Noemí Ungría en las navidades de 2003. La cabecera entrecomilló la palabra “boda” y es que por aquel entonces el Código Civil aún no había recibido la reforma que permitía el desposo entre parejas del mismo sexo.
Jesús Vázquez y su marido, Roberto Cortés, también han llevado su historia de amor a las cabeceras rosas. La desaparecida revista ‘Sálvame’ dio mayor protagonista a la pareja del presentador de Bake Off que al pillado bikinero de la entonces ministra Cospedal.
Pelayo Díaz también ha copado un montón de portadas en el mundo rosa: románticos chapuzones veraniegos, romances nunca confirmados y hasta su boda por todo lo alto. El amor gay copó el kiosko en todas sus variables y no pasó nada.
Tampoco ha sido ajena a las portadas del mundo rosa las idas y venidas del amor sáfico que se profesan Sandra Barneda y Nagore Robles: el bombazo de su romance, la consolidación del romance o incluso el desmentido de su boda han copado las cabeceras más importantes de la información del colorín.
El periodista Jesús Mariñas también ha paseado su amor por las cabeceras del cotilleo. Una entrevista en la que contaba que había pasado por el altar con su chico o un robado durante unas vacaciones no solo normalizaron la homosexualidad, sino también las parejas ‘homo’ que no parecen sacadas de un anuncio de gimnasios.
A pesar de que la revista ‘Hola’, la más conservadora del género, no ha dado todavía ninguna portada a una pareja gay, sí que ha dedicado páginas interiores a enamorados del mismo sexo: un posado palaciego del ex embajador norteamericano James Costos con su marido en su ático neoyorkino o la boda del Vicesecretario Nacional de Organización del Partido Popular y cabeza de lista por Álava son buen ejemplo de ello.