La figura del paparazzi siempre se ha asociado a una persona tremendamente discreta que moviéndose entre las sombras conseguían capturar la cotidianidad de los famosos sin ser descubierto. De un tiempo a esta parte, los profesionales del robado fotográfico se han pasado al otro lado del objetivo y forman parte de la actualidad rosa como si fueran tonadilleras, artistas o toreros.
Gustavo González, tras su relación con María Lapiedra, ha visto degradada su imagen hasta los niveles de la línea 6 del Metro de Madrid. El que fuera uno de los fotógrafos de sociedad más respetados del sector inició su transformación como tertuliano de programas del corazón. Su romance adúltero con la ex actriz porno lo ha coronado como personaje recurrente para las revistas y los dardos del Universo Sálvame
Confrontación podría ser el segundo apellido de Diego Arrabal. Considerado por muchos como el azote de los colaboradores de Sálvame, Diego Arrabal le canta las cuarenta a todo aquel que le toque las narices. Uno de sus grandes hitos son las fotos playeras de María del Monte e Isabel Pantoja.
Un presunto affaire con Luis Rollán puso en el mapa público a Jordi Martín. Tras contar en televisión las traiciones que el ex portavoz Pantojil urdía para conseguir exclusivas, su presencia mediática fue creciendo vertiginosamente. Tertulias, concursos de telerrealidad y confesiones sobre sus problemas con las drogas
El primer fotógrafo paparazzi que se hizo famoso para el gran público fue Miguel Temprano. Las polémicas instantáneas de Mar Flores y Alessandro Lequio lo pusieron en la picota a finales de los años 90. Por aquel entonces, además, era novio oficial de Cristina Tárrega. Participó en la primera edición de ‘La Isla de los Famosos’ y recientemente lo hemos visto en ‘Ven a Cenar Conmigo También es habitual de ‘Sábado Deluxe’.
El pasado otoño Cuatro estrenó el reality show “Misión Exclusiva”. Desde aquel programa, el fotógrafo mostraba su rutina para conseguir las mejores exclusivas del verano. “El reality no ha perjudicado mi trabajo. Al revés, lo hacía con más cariño y más entusiasmo”.
El catalán Enric Bayón es uno de los primeros espadas de la profesión. Puede presumir de ser el artífice de algunas de las mejores instantáneas de la historia del corazón. Suyas son, por ejemplo, las fotos de la ruptura entre Amaia y Alfred que tanto dieron que hablar hace unos meses. Su trabajo como colaborador televisivo y su matrimonio con la ex Gran Hermana Noemí Ungría lo han convertido en un rostro conocido para el gran público.