Hijos que no pegan con sus padres

Carlos Otero 19/03/2013 10:36

Los dichos populares, tan sabios ellos, a veces encuentran excepciones a la regla. Lo de 'De tal palo, tal astilla' no siempre se cumple. Algunos hijos de famosos no tienen nada que ver con la imagen que proyectan sus archiconocidos papás. Pasó cuando vimos, en una foto que luego fue retirada, a las hijas de Zapatero, pero no es el único caso. Verónica Forqué, Al Pacino o Cher son algunos ejemplos.

Verónica Forqué, tan cándida y tan dulce ella, tiene una hija de armas tomar. María Forqué se ha criado en un barrio residencial de ‘chaletes’ y gente de postín del mundo de la empresa y las finanzas pero su vena artística ha podido a los convencionalismos burgueses. Artista por vocación más que por genética, la hija de Verónica se considera 'expresionista' y es una de las protagonistas de aquel anuncio de Loewe que tanto dio que hablar el año pasado.

En otro estilo encontramos a la hija de Al Pacino. Nuestra siempre acertada Teletuitera nos acercaba la semana pasada esta impactante imagen del legendario actor de Hollywood paseando con su pequeña churumbela Olivia Rose, de doce años de edad. Con un look a medio camino entre pardilla y mendiga, la prensa internacional ha puesto ya el ojo en esta niña que bien podría ser la Blossom del nuevo milenio.

Olivia Newton John, ese ángel en la tierra, también ha traído a este mundo a una criatura que es lo más lejano a su imagen y semejanza. La hija de la dulce rubia australiana lejos de querer cantar canciones en la línea de ‘Xanadú’, se decanta por una música mucho más siniestra y es una especie de versión femenina de Marilyn Manson. En el videoclip de su tema ‘Play with me’ aparece esnifando cocaína, cortándose las venas y con una pistola en la sien: "Es sólo una metáfora, un exorcismo de malos sentimientos", dice. Igualico, igualico que ‘Grease’.

¡Quién le iba a decir a Cher que su querida hija Chastity, a la que le ponía lazos y floripondios por doquier, iba a terminar siendo un chicazo! La reina de las pelucas, los maquillajes, la sofisticación y el taconazo, desde los tiempos de las Cruzadas Medievales, se preocupó durante años para que la niña de sus ojos fuese una señorita refinada y ha terminado siendo todo un hombretón.

Tampoco le pega nada a Isabel Preysler, con tres matrimonios a sus espaldas, e hijos de tres señores distintos (si no estuviera forrada sería la viva imagen de la desestructuración familiar y estaría vigilada por los servicios sociales) tener una hija misionera, monja y austera. Hace unos meses, Tamara Falcó contaba ante la prensa que no descartaba tener la llamada del Señor y entregarse a la vida religiosa: “No descarto meterme a monja si Él me llama”, declaraba .