La televisión de los 90 contó con efímeras estrellas de la pantalla a la que poco a poco les perdimos la pista. Una de ellas fue Ingrid Asensio, que lo mismo protagonizaba “Hermanos de Leche” que presentaba el “Club Megatrix” o anunciaba viajes y aerolíneas. Tras su matrimonio con Fernando Sanz en 1997, ex jugador del Real Madrid, desapareció de la vida pública y poco hemos sabido de ella… ¡hasta ahora!
La también hija del magnate de los medios de comunicación Antonio Asensio ha vuelto a asomar su rubia cabellera a través de su cuenta de Instagram, por la que hemos podido ver que las cosas no le han ido nada mal. La que fuera conocida como la Tori Spelling española es madre de cuatro hijos -Fernando, Valeria, Ingrid y Alexia- y reside a todo lujo en Dubai, donde su marido trabaja como embajador de La Liga.
El tiempo no parece haber pasado por Ingrid y la ex presentadora luce prácticamente igual que hace 25 años: tipazo, larga melena rubia y la misma mirada con la que enamoró a las cámaras hace tres décadas. A pesar de que sólo cuenta con algo más de 2.500 seguidores, el contenido de sus redes sociales bien podría ser el de una influencer ya que como ella misma anuncia en su bio de Instagram le apasiona compartir contenidos de moda, viajes y ‘lifestyle’.
Casi un cuarto de siglo después de su bodorrio en ‘Los Jerónimos’ con toda la florinata de la televisión, el deporte y la empresa como invitados sigue igual de enamorada que el primer día. No son pocas las fotografías en actitud cariñosa que comparte junto a su marido al que dedica siempre hermosos mensajes almibarados.
Además de sus cuatro hijos -tres biológicos y una hermosa niña adoptada en Asia- el matrimonio Sanz Asensio cuenta con toda una prole peluda: tienen nada menos que ocho perros: humanos y cuadrúpedos posaron juntos y felices para la felicitación familiar de las pasadas navidades.
A pesar de vivir en los Emiratos Árabes Ingrid mantiene una estrecha conexión con España y es habitual verla de visita por su Madrid natal o por Marbella, ciudad en la que vivió durante ya que su marido jugó siete temporadas en el Málaga y tras finalizar su vida deportiva se hizo con las riendas de su directiva.
Ingrid no parece echar de menos los tiempos en los que deslumbraba en los platós, pisaba con fuerza en los photocalls o era portada de revista. Los pies de foto de sus publicaciones, muy del estilo de los libros de Paulo Coelho, evidencian que Ingrid disfruta de los placeres sencillos de la vida: la playa, la familia y la vuelta a los orígenes.