La gestión del conflicto catalán que están realizando algunos influencers ha provocado polémica más allá de los foros políticos. Selfies de todo tipo ante las barricadas violentas de los CDR para conseguir ‘likes’ han provocado oleadas de indignación en las redes sociales. El ejemplo más claro es el de la influencer rusa 'Fitness Mama', que posó sofisticada ante los restos de la guerrilla callejera barcelonesa. La it-girl de Los Urales no es la única que la ha liado por ejercer de instagramer en el momento y lugar menos adecuado…
La visita de Dulceida a Sudáfrica también dejó para el recuerdo momentos para el it-bochorno. La catalana se dedicó a fotografiarse tomando baños de espuma en unas latitudes donde el agua es un bien escaso y repartiendo gafas de marca entre niños desnutridos. Las instantáneas generaron muchas críticas de gente que no comprendió la estampa y criticó a Aída Domenecq y su mujer.
El campo de concentración de Auswitz resulta ideal para algunas estrellas de las redes sociales para compartir sus outfit y consejos de life style. El ex concursante de ‘Quién Quiere Casarse con Mi Hijo’ Rubén Domínguez, colgó en una foto suya posando con un bolso Louis Vuitton en el campo de exterminio nazi con has hastags tan elocuentes como #fashion #influencer #instafamous #instastyle.
Las desgracias personales también sirven como excusa a los influencers para dotar de contenido sus redes sociales. Jordi Rodríguez, un joven de 19 años que atesora más de 200.000 seguidores en Instagram, retransmitió en directo a través de sus stories la agonía de su abuelo y acabó el recital de publicaciones luciendo torso sin camiseta bailando reaggeton una canción dedicada al “yayo”. "Siempre subo vídeos bailando y quise dedicarle uno a mi abuelo porque le encantaban", se justificó.
Otro momento polémico de dimensiones épicas fue el que protagonizó Henar Álvarez, conocida como Henar con H, en el Vaticano. La pobre mujer entró en la Santa Sede completamente vestida pero sin llevar ropa interior pensando, pobrecita mía, que aquello era el colmo de la insurrección. Creyéndose Juana de Arco, compartió su gesta en redes sociales y a la pobre lo más suave que le dijeron en sus comentarios fue "analfabeta funcional". Abochornada (y dicen que además amenazada con perder su puesto de trabajo en una cadena de televisión de pago tras el episodio) tuvo que retirarlo de su cuenta.