Diez divi-maneras de llevar un moño

divinity.es 22/01/2013 11:45

Llevar un moño supone portar elegancia, enmarcar barbilla y mandíbula en un eje imaginario de contrapesos estéticos y también, ir a la moda. Porque de un tiempo a esta parte, si usted no se plantifica un moño de vez en cuando, es como si no fuera nadie. Nuestras celebrities más internacionales, Penélope Cruz y Elsa Pataki, se han apuntado al moño y lo lucen con hidalguía castellana allende (y aquende) nuestras fronteras.

Me he permitido seleccionar 10 prototipos de moños, para comentar y compartir con ustedes el sentir, la inspiración y el merecido entusiasmo hacia esta capilar figura. Vayamos a ello.

MOÑO REAL:

He seleccionado tres princesas (Letizia de España, Victoria de Suecia y Catalina de Inglaterra) que enaltecen su condición humana elevándola a la categoría de la sangre azul que portan sus arterias gracias a un look muy similar: Trenzado churrigueresco que se recoge sobre la nuca en un moño que lleva una trabajera considerable. Las tres lo complementan con pendientes de brillantes tipo lágrima. Sale perdiendo en el estilismo Victoria de Suecia: Añadir corona, y collar brocado es too much.

CORONA DE TRENZAS:

Si a usted, alegre señorita, le gustan los zares, las cúpulas de cebolla y el vodka, este peinado de Scarlett Johansson y Diane Kruger le pirrará. La primera acierta con el palabra de honor y está muy “Desde Rusia con amor”. Kruger se ha pasado con la sobriedad.

MOÑO ALTO:

He aquí dos formas muy distintas de portar un moñamen bien arriba: La actriz María Castro saca buen partido de su impresionante cabellera en un nutrido recogido muy airoso. El collarcito y los pendientes a mi me sobran para realzar bien el tocado. Miranda Kerr, estilosa como siempre, se apunta al moño en la coronilla y como todo en ella, queda bien. Por sacar un defecto (por simple envidia) apunto que las gafas parecen de “Fiestas Paco”.

CON FLEQUILLO:

Esta, bien podría ser una variante del moño anterior. En el caso de Leonor Watling y Kelly Osbourne, lo combinan magistralmente con un flequillo recto que le quita pomposidad (y años) al peinado.

POSTIZO

Nicole Richie y una irreconocible Alejandra Prat, añaden un muñón de pelo al suyo, creando una sensación de nido revuelto muy favorecedora. Recomendable para actos extremos, fiestas locas o un día un poco “depre”. Sentir peso en el cerebro, a veces ayuda a tener los pies en la tierra.

CARDADO INTERIOR:

El tipo de moño italiano es muy favorecedor y elegante, pero tiene un peligro añadido: regala años y envejecimiento a su portadora, que, si como hace Eva Longoria y sobre todo Lady Gaga, acompaña de negra sobriedad, se corre el peligro de parecer Bernarda Alba.

NUPCIAL

De estas tres fotos, solo una, la de la derecha, corresponde a una novia (la hoy mujer de Carlos Baute, Astrid Klisans. Pero los tres peinados, tienen ese aire cursi, suelto y natural que gusta a las mozas casaderas. Tanto Diane Kruger como la Infanta Elena, lucen una suerte de moño deshilachado muy apropiado para madrinas, invitadas y novias. Son recogidos de aire clásico que despejan la cara y dan cierta inocencia y dulzura al rostro. Mi favorito es el de la actriz, que parece que porta un jugoso croissant en su nuca.

CASTAÑA:

Tanto Miley Cyrus como Demi Lovato llevan una derivación del moño alto muy habitual en jovencitas. Se trata de la tipología menos trabajada del moño, lo que he llamado “moño-castaña”: Da aspecto de cabello pobre y resulta demasiado informal. Miley con su look neogrunge se pasa de moderna. Demi, con una notable espesura de cejas, pinchos en la ropa y los labios rojos, demuestra que se pueden seguir las tendencias sin tener mal aspecto. Este tipo de moño es solo apto para las jovencitas.

ADORNOS:

El floripondio de Sarah Jessica y los alfileres de Kate Middleton me horrorizan. Un recogido debe tener presencia por sí mismo, y los adornos, salvo contadísimas excepciones (Feria de Abril, Rocío o gogó de la Fabrik), los vulgarizan en extremo.

ESCULTURA:

El moño hiperbólico, las volutas capilares, el artificio en la melena, cuando se sobrepasan ciertos límites, de tan exagerado, maravilla nuestras pupilas. ¿No les parece que la réplica del Monte Igueldo de Katy Perry y el cónico abeto de Kelly Osbourne son lo más? Las dos van megamaquilladas, copadas de “brillis” y con escotazo. Parecen un sueño delirante y travesti de fiesta y fantasía.