Adriana Abenia nos cuenta todas las complicaciones de su parto: “Me veía pariendo a pelo”

divinity.es 14/08/2018 16:04

Unas semanas después del nacimiento de la pequeña Luna, la presentadora de televisión, escritora y actriz española Adriana Abenia ha querido compartir con sus más de 200.000 seguidores en Instagram TV cómo fue el parto de su primera hija. Nervios, epidural o no, contracciones, poca dilatación... ¡y que la niña no salía!

En los nueve minutos que dura el vídeo, la presentadora cuenta que desde el cuarto mes de embarazo tuvo que empezar a administrarse un medicamento por problemas de coagulación de sangre, que aún sigue tomando.

"Mi angustia era que con esa medicación tienen que haber transcurrido 12, mejor, 24 horas para poder ponerte la epidural, y yo me veía pariendo a pelo, y me parecía imposible que fuera a ser capaz", afirmaba con angustia y humor al mismo tiempo.

Cuando programaron el parto de su hija para el día 16, Adriana "ya tenía ganas de que Luna viera el sol". Pero la historia de este día tan especial aún sigue, ya que asegura que en el monitor "no había ninguna contracción". "Me pusieron una medicación que consiste en una especie de tampón que te meten en la vagina, pero solo dilaté 2 centímetros”. ¡Luna no quería salir!

La presentadora al final cuenta que le tuvieron que romper la bolsa para que Luna saliera, con “una especie de ganchillo que parecía una caña de pescar, un poco indigno”, asegura riéndose y recordando el momento.

Su historia prosigue como un cuento: "Al poco tiempo ¡un dolor!... que hice que todo el mundo saliera de la habitación", que fue cuando asegura que le pusieron la epidural. ¡Pero eso no es todo lo que le pasó a Adriana Abenia! Resulta que Luna estaba muy arriba y no quería salir, y la presentadora tenía "miedo de que fuera una cesárea".

Al final, la presentadora finaliza su historia asegurando entre risas a sus seguidores que "dar a luz es lo más maravilloso del mundo, pero bello, no". Adriana termina diciendo que cuando le pusieron a Luna en el pecho la sensación fue indescriptible.