Las extranjeras mejor vestidas

SANTA ANGELINA. Todos los años hay estilismos que deslumbra, que sobresalen de la norma... estos son los 10 de este. En ellos tenemos que fijarnos para hacer del 2012 un tiempo más bello. A pesar de los kilos de menos la señorita Jolie se las volvió a arreglar para atraer miradas en los Golden Globes (aunque, visto lo visto podían ser color esmeralda). Su estilista de toda la vida, Jen Rade, eligió para ella un Atelier Versace con inspiración años 40 y cuajado de cristales Swarovski. Es curioso como unas hombreras y una cadera marcada pueden ser tan sexy. Sin tener que recurrir al escote, o a la manga corta o al enseñar piernas. A veces menos es más, mucho más.

AUTOBOMBO. El vestido de Victoria Beckham (firmado por ella misma) en la boda del año hizo correr ríos de tinta. Su sumplicidad (era como una túnica azul marino, sin ningún detalle, quizá para esconder a la pequeña Harper Seven) le permitía añadirle uno de esos profusos tocados de Philip Treacy que tanto gustan a los británicos. Como complemento, Victoria eligió sus zapatos favoritos: unos Louboutin infinitos hechos a medida para ella. Era solo un avance de lo que estaría por venir... los British Fashion Awards la han nombrado mejor firma del año.

EL TRIUNFO DE LA PACIENCIA. Huelga decir que la elección de Cate Blanchett para los Oscars era todo menos un vestido de premios: le faltaba lentejuela, brillo, escote... y aún así ese armazón lavanda con "perlas" amarillas y lavanda de Givenchy Couture sorprendió para bien. Por su elegancia y demostrar que no es necesario recurrir a las armas clásicas para vestirse bonita. La belleza reposada también funciona. Los lectores de Trendencias, por cierto, lo consideraron el mejor vestido de la gala.

ESTAMPA MONEGASCA. Una auténtica vida de princesa, sin todas las obligaciones y dramas que el S. XXI trae a las monarquías, es lo que podría estar viviendo Carlota de Mónaco. Poco trabajo y mucha salida social. Y la chica está a la altura. Fíjense si no en ese soberbio vestido de Giambattista Valli que llevó a la cena de la boda de su tío (ni él ni Charlene entrarán en esta lista, mal que les pese). Luego vimos el mismo modelito a Sarah Jessica Parker, pero no lucía ni la mitad de bien que a la pequeña Cashiraghi. Ella es esbelta, etérea, lo aderezó con un cinturón dorado que lo alzó al paraíso de nuestros ensueños y lleva la capa con porte Real. Poco importa que Karl Lagerfeld la quiera solo para el... esa chica es patrimonio de la humanidad.

POR EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS. Hailee Steinfeld llegó vio y venció. Quizá el buen tino al elegir este festivo vestido de Marchesa para los Oscars tuvo algo que ver con que luego Miuccia Prada se fijase en ella y la fichase para anunciar Miu Miu. El vestido en sí lo tiene todo: corpiño, gasa, pedrería y una falda con volumen digna de cualquier fiesta de princesas. ¿Qué más le podemos pedir? Ah, sí, que decida ponerse Converse para el after-party de Vanity Fair. Gorgeous.

DIVINA MADUREZ. ¿Acaso las mejor vestidas son siempre jóvenes atraidas por la tendencia? Rompamos una lanza a favor de quienes tienen más años de experiencia y saben mejor lo que les sienta bien. A sus 73 años Jane Fonda no solo sigue trabajando, sino que nos regala estilismos dignos de premio y es capaz de robar el protagonismo a modelos profesionales como Naomi Campbell. En este vestido de lentejuelas (con detalles dorados decorados en los bajos) y manga larga nos encanta, además, el cuello alto. Queda tan natural y elegante...

CALL HER LATINA. Jessica Alba irradia luz. Mientras hay famosas que se embuten como chorizos durante el embarazo, ella mantiene esos destellos de hada. En la Met Gala, dedicada este año a Alexander McQueen sorprendió con un vestido achampanado de Ralph Lauren. Dos capas, escote strapless y nada de marcar cintura... Una auténtica oda a un embarazo feliz.

MÁS LAVANDA. Poco (además de que era la novia de Macaulay Culkin) sabíamos de Mila Kunis antes de Black Swan. Definitivamente este ha sido el año de su gran salto. Y se presentó en los Oscars con un vestido de Elie Saab Couture en tonos lavanda que parecía complicado de vestir. Chantilly, chifón, frunciditos... un solo despiste y acabaría pareciendo una mesa camilla profusamente decorada. Nada que ver, su estela romántica nos dejó con ganas de más. Su estilista, Petra Flannery, está en racha.

LA NOVIA DEL PUEBLO. Si hay un estilismo que no levantará polémica es el de Kate Middleton el año de su boda. Todo el mundo se ha puesto de acuerdo para alabar las bondades de Sarah Burton (para Alexander McQueen) a la hora de crear la única pieza del año que, desde ya, es un icono. Hasta vosotros habéis decidido que es la novia mejor vestida. Los detalles: cuerpo ceñido, escote corazón, manga larga de encaje y falda con volumen. Las cifras: 600.000 personas se acercaron a verlo a Buckingham cuando lo exhibieron. Los tiquets costaban hasta 70 euros.

ETERNA MUSA. Charlize Theron está que no para. No solo se codea con Marilyn, Marlene y Grace en el último anuncio de J'Adore de Dior, sino que en estilismos también está ya en el podio de las divinas. Y como tal vistió para la fiesta Vanity Fair de después de los Oscars este vestido de diosa griega de Atelier Versace. Es blanco, con solo un tirante y una estrella de cristales Swarovski que decora el drapeado a la altura del ombligo.