En la finca del cantante y con la música como protagonista: así fue la boda de Bertín Osborne y Fabiola Martínez

El año 2021 comenzaba con la noticia de que Bertín Osborne y Fabiola Martínez habían acordado poner fin a su relación, tras 20 años juntos, catorce de ellos casados, y dos hijos en común. La decisión la habían tomado unas semanas antes, pero habían preferido mantenerla en secreto

Fue sin duda una gran sorpresa para todos los que pensaban que eran la pareja perfecta, pero con el tiempo ambos fueron revelando algunos detalles que ayudaron a entender el porqué de este final. Habían dejado de estar enamorados, aunque se querrían y respetarían siempre, algo que han demostrado en este tiempo. 

Fabiola revelaba que durante su matrimonio había llegado a perderse a sí misma, convirtiéndose en la persona que creía que su marido quería que fuera, olvidando hacer planes propios y solo pensando en los proyectos conjuntos. El final de su matrimonio le ayudó a recuperar las riendas. 

Aunque la pareja tomara caminos separados (aunque siempre cercanos por los dos hijos que tienen en común, Carlos y Kike), su boda fue un momento único, al que ambos llegaron cargados de ilusión y convencidos de que sería para toda la vida. 

La boda de Bertín Osborne y Fabiola Martínez

El 10 de junio de 2006 tenía lugar el gran día de la pareja, Bertín y Fabiola protagonizaban una discreta boda religiosa en Sevilla. La celebración posterior fue en la finca que el cantante tiene en las afueras de la ciudad, la 'Hacienda de San José', un lugar ideal y privado en el que reunieron a sus amigos para celebrar con ellos su amor. 

El jardín fue el escenario principal, engalanado como merece, con luces que ayudaban a crear la atmósfera perfecta al caer la tarde. Allí se reunieron familiares y amigos de la pareja para disfrutar del amor y también del menú que los anfitriones les ofrecieron. Platos como salmón y confit de pato regados con vinos de las bodegas de Bertín que se sirvieron bajo las carpas montadas para la ocasión. 

La velada se alargó hasta la madrugada y, siendo la música la profesión y pasión del novio, no es raro que deleitara a sus invitados con música en directo, entonando algunas de sus canciones más famosas. 

Fabiola, que durante los primeros años dela relación dejó de lado su carrera como modelo y actriz y se dedicó a tareas de marketing y publicidad en la empresa de su marido, estaba radiante. Escogió para la ocasión un sencillo vestido en color marfil de Rosa Clará, con pedrería bordada y un escote palabra de honor. Las únicas joyas que lució fueron unos discretos pendientes de Tous y optó por llevar el cabello suelto. 

Si bien el día de la boda fue el punto álgido de las celebraciones, también el día previo hubo festejos, en la misma finca sevillana. Una preboda en la que se unieron los dos mundos de los novios, con sevillanas y baile, pero también con asado tradicional venezolano, en honor a los orígenes de la novia.