El esperado 14 de junio ha llegado para Belén Écija y Jaime Sánchez, tras meses de preparación, la pareja se ha dado el 'sí, quiero' en la parroquia de Sant Climent, cerca de Mahón, en Menorca. Esta es una isla a la que la novia tiene mucho cariño, pues es donde ha pasado los veranos de su infancia. Tras la misa que ha durado poco más de una hora, los invitados se han desplazado a una finca cercana, donde tendrá lugar la celebración. Pero antes de esto, tras la boda en la iglesia, se ha podido ver salir a los novios acompañados de sus invitados. La actriz de 'Cuatro estrellas' estaba feliz y ha compartido un tierno gesto con su madre.

A la salida del templo estaba esperando a los novios un coche antiguo de color blanco y descapotable. Tras la salida de todos los invitados han cerrado la procesión los novios que han posado delante de la puerta del templo y se han fundido e un beso, ella levantando la mano en la que sostenía el ramo de novia. Mientras que Jaime se ha puesto a los mandos del cual se ha puesto el novio, Belén Rueda ha salido de entre los invitados y se ha fundido en un emotivo abrazo con su hija, un gesto que ha durado unos segundos y que Écija ha finalizado dándole un beso a su madre.

Tras este gesto, la novia se ha subido al coche, al lado de su marido, y su madre ha estado en todo momento pendiente de su vestido, una creación de la firma Valenzuela que ha vestido en varias ocasiones a la actriz de 'Mar adentro'. Mientras la novia se sentaba, su madre iba acomodando las diferentes partes de la prenda para tratar de que esta no se arrugara y que no quedara por fuera ninguna pieza del vestido que se pudiera romper. Una vez que ha dejado todo colocado, Belén Rueda se ha vuelto a fundir entre los invitados para dejar absoluto protagonismo a la pareja de recién casados. Tras unos segundos, hemos visto que se ha colocado junto a su consuegra, la madre del ya marido de su hija.

La foto de todos los invitados a la salida de la ceremonia nos ha permitido ver que la mayoría de las invitadas han optado por un estilo muy en sintonía con los vestidos que ha lucido Belén Écija tanto en el día de la preboda como en la boda. Han optado por vestidos coloridos, decorados con volantes, detalles de brillos y tejidos translúcidos. Este tipo de vestidos se enmarcan muy bien en el entorno rural en el que se ha celebrado la boda. La madre de la novia ha apostatado por un vestido de corte midi con escote en forma de pico en color mostaza y le ha dejado todo el protagonismo a un tocado de fibras naturales que ha llevado sobre su cabello recogido en una coleta. El complemento estaba decorado con una cinta burdeos que hacía contraste sobre el resto de los colores.