Los dos padrinos que llevarán a Claudia Ula, hija de Raquel Revuelta, al altar
La ausencia del padre de Claudia, fallecido en 2020, será más notable el día de su boda
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En una boda todos los detalles son importantes y eso lo saben Claudia Ula y Vicente Benítez, que viven con gran emoción los días previos a su enlace, que es el 21 de junio en Zahara de los Atunes. A pesar de que ambos son de origen sevillano, este lugar es especial para ellos por muchos motivos y eso ha hecho que escojan este rincón para organizar su boda.
Un enlace que esperan que sea una gran fiesta, con la playa como protagonista. Claudia y Vicente quieren que todo el mundo pueda disfrutar y pasarlo en grande, tal y como planean hacer ellos mismos. Eso no quiere decir que no haya momentos para la emotividad, de hecho en Zahara es donde Vicente le pidió matrimonio a Claudia, pero también donde reposan las cenizas del padre de ella, que estará más presente que nunca en un día tan especial, a pesar de su ausencia.
Los padrinos que llevarán a Claudia, hija de Raquel Revuelta, al altar
La muerte de su padre fue un duro golpe para Claudia y sus hermanos, por lo duro que es perder a un progenitor a tan temprana edad, pero también por lo inesperado de la situación. Miguel Ángel Jiménez fallecía durante una operación de corazón.
Fue un momento muy duro para todos, pero en el que Claudia pudo contar con el apoyo de todos sus seres queridos, incluso con Vicente, con quien en ese momento no estaba saliendo (fueron pareja durante el bachillerato y los primeros años de universidad, pero sus caminos se fueron separando) y que no dudó en acudir a su lado, lo que hizo que reconectaran y la pareja se diera una nueva oportunidad, que parece ser la definitiva.
En las bodas hay algunos momentos que son clave y la llegada de la novia es uno de ellos. Lo es para los invitados porque es el momento en el que se desvela el vestido de la novia, que en el caso de Claudia será un diseño de Victorio & Lucchino, para la pareja porque supone el reencuentro antes del ‘sí, quiero’, y para la novia en sí mismo, porque se podría decir que es su momento.
La tradición señala que sea el padrino quien acompañe a la novia en su camino hasta el altar, pero en el caso de Claudia, parece que las tradiciones están para amoldarlas, porque ella cuenta con dos padrinos de excepción: sus hermanos Miguel Ángel y Nicolás, ambos más jóvenes que ella. “A mi padre le hubiese encantado llevarme al altar, estaba muy orgulloso de mí”, confesó Claudia en Hola. Es habitual que ese sea el papel del padre de la novia, pero en este caso sus hermanos serán quienes se encarguen de que su hermana sea la novia más feliz y la ausencia no pese tanto.
La madrina será la madre de Vicente, que será quien se encargue de acompañarle del brazo hasta el altar. Tanto la novia como el novio (que lucirá chaqué para el enlace) planean cambiar de look una vez finalizada la ceremonia, para poder celebrar como merece su gran día con trajes y vestidos más ligeros, más adecuados para una boda junto al mar.