{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
En abril, una pareja se casó en Málaga. La historia acabaría ahí de no ser porque Natalia Cortés y Rafael Cuevas se dieron el ‘sí, quiero’ en plena primera ola de la pandemia, ante la atenta mirada presencial del cura y los padres de él. El resto de los invitados asistieron al enlace por videollamada: el padre de la novia, por ejemplo, leyó un salmo desde Morón de la Frontera (Sevilla), y los sobrinos leyeron las peticiones desde Osuna. Al otro lado de la pantalla, amigos y familiares vivieron el enlace desde sus salones en Madrid, Alicante o Mánchester.
La noticia, de la que se hace eco El País, pone nombre y apellidos a las tendencias nupciales que este 2020 ha impuesto sobre los futuros matrimonios. Como tantas otras parejas, Cuevas y Cortés tuvieron que cambiar, en cuestión de semanas, un proyecto en el que habían trabajado durante meses. Con la declaración del estado de alarma llegaron conceptos novedosos para la mayoría de nosotros, como el confinamiento o la cadena de contagio. Muchas bodas se cancelaron, pero algunas siguieron adelante; para los que lo hicieron, los servicios de streaming han sido la mejor forma de compartir con los suyos un día tan importante.
De hecho, algunos organizadores de eventos apuntan a que la del streaming va a ser una de esas tendencias nupciales impuestas por el COVID que se quedarán con nosotros a lo largo de la década. Ya lo hizo la influencer María Pombo en su enlace con Pablo Castellano el verano pasado, mucho antes de que estallase la pandemia, y parece que seguirá aquí después de que todo esto termine.
En unos meses marcados por el aislamiento, la tecnología ha sido una gran aliada. Cenas por Zoom, cumpleaños por Skype, eventos culturales por Twitch… las plataformas han evolucionado para adaptarse a lo que buscaban los consumidores esta pandemia, y las bodas no son una excepción.
Si quieres compartir el día de tu boda por streaming, tienes dos opciones: o bien optar por un invitado que se preste a hacer la grabación, o bien contratar un servicio de expertos para que emitan el enlace en directo para familiares y amigos. La reducción de la lista de invitados habrá hecho que ahorréis en el presupuesto de la boda, por lo que quizás sea interesante optar por esta segunda alternativa. Ellos se encargarán de la retransmisión de todo el evento con profesionalidad y vosotros os evitaréis preocupaciones de última hora.
Entre los servicios que ofrecen estas compañías está, entre otras:
No todas las compañías ofrecen lo mismo, por lo que conviene mirar detalladamente los paquetes antes de tomar una decisión. Sea como sea, esta es la mejor alternativa para que los invitados que no puedan asistir al enlace también formen parte de él.
Si, por el contrario, optas por un invitado para que comparta el evento, tampoco necesitarás muchas herramientas. Basta con tener un teléfono móvil (la mayoría de ellos tienen cámaras de gran calidad, más que suficientes para que la retransmisión pueda verse nítidamente en otros dispositivos) y un plan de datos con suficientes gigas como para emitir la duración completa del enlace. Si quieres, puedes mejorar la retransmisión con un micrófono externo ubicado junto a los novios, para que no haya problemas de sonido a lo largo de la boda.
Después, no necesitas más que una cuenta en alguna de las plataformas que presentan este servicio de streaming. Instagram, YouTube, Facebook, Twitter o Twitch son tan solo algunas de ellas: opta por la que más te guste, crea una cuenta y asegúrate de que tus invitados tengan acceso al enlace de la boda antes del gran día. Haz una prueba antes del evento para comprobar que todo va bien y no dejar nada al azar.