Los tips definitivos para no pasarte con el número de invitados: así podrás realizar tu lista de boda

  • Elaborar la lista de invitados es uno de los preparativos más emocionantes de una boda.

  • Pero en muchas ocasiones hay que ajustar el número de asistentes y hacerlo puede resultar complicado.

  • Te ayudamos a elaborar tu lista definitiva de invitados a tu boda para que no te lleves sorpresas a la hora de mandar las invitaciones.

Pensar en quiénes van a ser los invitados a nuestra boda es algo que en un primer momento resulta muy emocionante e, incluso, podríamos decir que divertido. Hacer juntos un repaso de todas aquellas personas con las que queréis compartir el día más importante de vuestras vidas forma parte de los preparativos más especiales de una boda.

El problema está, normalmente, en saber cómo hacer para no pasaros con el número de invitados y realizar una lista de boda adecuada a vuestras circunstancias. Por eso hemos preparado unos tips definitivos que os ayudaran a cerrar la lista perfecta para la boda con la que soñáis.

Una cifra aproximada según el tipo de boda

El número de invitados está directamente relacionado con el tipo de boda que queréis. Ahora, que es antes, va a depender de vosotros. De manera orientativa una boda íntima estará más cerca de los 50 invitados que de los 100. Una boda estándar puede llegar a los 250 invitados, aunque suela rondar los 150. Una boda por todo lo alto, en la que nadie se quede fuera, puede superar los 300 invitados. En este último caso, si sabéis que es el tipo de boda que os gustaría celebrar y el presupuesto os lo permite, el único problema de la lista será no olvidaros de nadie.

Por norma general, el mayor problema suele estar en conseguir reducir el número de invitados, tanto por una cuestión de presupuesto como por ser fieles al tipo de boda que habíais imaginado.

Es conveniente que toméis esta decisión, la del número aproximado aunque no quede cerrado, para que podáis empezar a pensar en otras cosas tan importantes como el lugar de la celebración, ya que no todos cuentan con el mismo aforo.

El presupuesto, el punto clave

Más allá de vuestros deseos de invitar a mucha gente o a poca, lo realidad es que casi siempre es el presupuesto el que determina qué tipo de boda nos podemos permitir. Así que, aunque quisieras invitar hasta a tus amigos del colegio, la realidad es que debes ajustarte al presupuesto del que dispongas y, aunque hagas esfuerzos, no volverte loca.

Así que, antes de nada, cerrad la cifra con la que contáis calculando si va a ser con vuestros ahorros, con un préstamo o con la ayuda de vuestros padres. A partir de ahí debéis pensar en cómo queréis que sea la celebración: cóctel de bienvenida, menú, barra libre, regalos… dejando siempre una partida para el resto de gastos, como si va a haber música en directo, etc.

Hay que saber cuánto cuesta cada invitado y entonces sabréis, definitivamente, a cuánta gente podéis invitar. Con el número que os salga hay que enfrentarse al hecho de que, seguramente, es el momento de pensar en reducir invitados.

Haz diferentes listas de invitados

Para no salir locos, y ya que los invitados posibles van a venir de diferentes lados, la principal recomendación es que elabores listas por grupos. Lo más sencillo es empezar por una lista con aquellos familiares que es incuestionable que asistan. Después se puede hacer una lista con la familia menos cercana, la que es más sencillo decidir si se les va a invitar en bloque o no.

Los grupos de amigos pueden resultar complicados. Lo ideal es que haya una lista de amigos comunes y luego sendas listas con los amigos de cada uno. Lo suyo es que se consiga una cifra en la que, además de los amigos cercanos y comunes, cada uno pueda añadir a aquellos con los que quiere contar ese día y que el resultado sea equilibrado.

El entorno de trabajo merece otro grupo aparte. Hay que dejar a un lado a aquellas personas que serían invitados por compromiso, ya que irían en último lugar. En cambio, las relaciones con los compañeros de trabajo pueden resultar más confusas porque muchas veces se mezcla lo profesional y la amistad.

Intentad que los compañeros que vais a invitar formen un grupo coherente, en el que tenga sentido tanto que alguien se quede fuera como que entre en la lista alguien que no sea muy cercano con tal de no romper un grupo.

Elabora una primera lista única

Llega el momento de unir todas las listas. Pero para conseguirlo es aconsejable un paso intermedio que es hacer dos listas. En una han de estar esas personas a las que tenéis que invitar sí o sí, tanto por deseo como por “obligación”. En la segunda lista irán el resto de personas, que irán ocupando los sitios que vayan quedando disponibles, tanto porque entran en vuestros cálculos, tanto porque haya bajas avisadas con el tiempo suficiente como para poder contar con nuevos invitados.

Para esto pueda darse, lo ideal es que, una vez elaborada la primera lista oficial, se manden las invitaciones para que tengáis tiempo de reaccionar tanto a las bajas como a incorporaciones de última hora, que pueden darse por diferentes motivos.