Los velos de novia siguen siendo tendencia: cinco opciones de moda para triunfar en tu día 'B'

  • Lo ideal es que el velo sea un complemento del vestido y que elijas este antes que aquél

  • Es el vestido el que determina el largo del velo, que se puede extender desde el hombro hasta el suelo

  • Los remates, los bordados y las aplicaciones son interesantes, pero también la manera en que lo colocas

El velo de novia es una tradición que, por muchos años que pasen, sigue siendo una de las piezas más simbólicas del look nupcial. Entre los modelos más clásicos están las mantillas y los velos de tul que caen en cascada por delante del rostro, pero hay otras opciones renovadas que no debes perder de vista.

La elección del velo se debe hacer con posterioridad a la del vestido, porque lo ideal es que el primero sea un complemento del segundo. Hace unos años era importante que el velo y el vestido fueran del mismo color, ahora que existen velos con bordados de colores ha dejado de ser imprescindible, aunque el fondo debe coincidir con el del vestido.

En cuanto al tamaño del velo, depende no sólo de los gustos, también de la forma del vestido y las opciones van del corto al hombro al velo catedral. Pero no solo hay que diferenciarlos por los largos, también hay que diferenciar los velos que cubren el rostro de los que no.

Los velos catedral y capilla (el primero mide dos metros y medio y el segundo arrastra solo unos centímetros por el suelo) son los que usan las novias más formales y tradicionales. Existen otras muchas opciones: vals (largo midi), ballet (a la rodilla), a la punta de los dedos (la medida es el largo de los dedos estitrados) y largo al codo, largo al hombro.

Con cualquiera de estos modelos puedes optar por el blusher, un fino velo que no sobrepasa los hombros y que cubre el rostro de la novia durante una parte de la ceremonia.

Pero con independencia del largo, que no es más que la base del velo, es en la manera en que este se adorna y remata, e incluso en cómo se coloca, cuando se puede hablar de las tendencias de la temporada.

El velo de plumeti se caracteriza por unos pequeños topos que se bordan sobre un tejido de tul. Es un clásico de las novias más románticas, especialmente cuando, como este de L’Arca Barcelona, va rematado con un encaje de ondas de guipur. Perfecto para llevarlo por delante del rostro, para atarlo al recogido o para colocarlo a modo de mantilla.

Los remates el velo pueden marcar la diferencia entre un velo sobrio y otro muy divertido. Este, firmado por Christopher Kane, lleva un remate de plumas de avestruz que es capaz de levantar el look de novia más sobrio. Perfecto para novias modernas, urbanas y cosmopolitas.

Un velo liso, con blonda o bordado puede ser un candidato perfecto para una novia de estilo vintage. Lo importante es la colocación del velo, aunque hay algunas opciones como esta de Laure de Sagazan, que te facilitan el trabajo ya que el velo va sujeto a una diadema bordada con motivos art decó.

Las aplicaciones son un elemento que puede llevar al velo a multitud de lugares, de los más románticos si se trata de flores o perlas, como este velo de Hilos de Plata. Pero un velo con aplicaciones te puede llevar a lugares inexplorados si apuestas por estrellas y planetas, e incluso a explorar la naturaleza si va bordado con aves y plantas silvestres. Son piezas con mucho peso que hay que combinar con vestidos sencillos a los que indiscutiblemente va a complementar.

Ya hemos dado un sí a los velos y damos otro sí a la pamela para novia, así que hay que dar un doble sí a la pamela con velo para novias de Katarina Grey. Este combo, compuesto por un sombrero de paja hecho a mano y un velo de tul de cuatro metros de ancho que va sujeto con una cinta de seda, es el remate perfecto para una novia romántica, bohemia y original.