Las claves de decoración para una boda de otoño: desde el estilo de la ceremonia a los colores del banquete

Si has decidido casarte en otoño debes saber que hay una decoración especial para cada estación del año. Por eso, si quieres estar a la moda, será muy importante que sigas los protocolos en cuanto a decoración y vestuario. Lo primero que tendrás que saber, ya que marcará toda la ceremonia, será cuando prefieres casarte. Es decir, cuál es el momento del día que más se ajusta a lo que estás buscando, ya que no será la misma decoración si se celebra de día o por la tarde-noche. Luego, también tendrás que identificar qué tipo de ceremonia va más contigo: multitudinaria, íntima, civil o por la iglesia, porque esto también condicionará la decoración. Una vez que ya tengas claros estos puntos, puedes contactar con un profesional que te ayude y te facilite las tareas. Una wedding planner será la persona que se convertirá en tu mano derecha y se encargará de todos los detalles de la celebración.

Los meses de otoño son de los más demandados, junto a la primavera, para celebrar bodas. Se trata de una época en la que no hace demasiado frío ni calor, por lo que una boda de mañana en el exterior encajaría a la perfección, ya que esta temperatura media hará que tanto los invitados como los novios se encuentren a gusto en cualquier espacio. Por eso, la ceremonia en otoño se convertirá en un momento más que especial y será una de las épocas más bonitas para casarse, en la que los colores, las ambientaciones y los espacios propios de esa época sumarán un plus al feliz momento. Además de a nivel decorativo, también proporcionará grandes ventajas a niveles económicos, ya que suelen ser más baratas al estar ubicadas en temporada baja.

Una de las mejores cosas del otoño, como podrás suponer, son sus colores. Antes de caer de los árboles, las hojas adquieren nuevas tonalidades naranjas, amarillas y esos tonos tierra tan especiales. Por eso, los colores más utilizados para estas ceremonias en otoño serán los marrones, anaranjados y rojizos, pero también se podrán introducir otros tonos como los blancos y los morados. Además, claro está, de aquellos que nos proporciona la propia naturaleza, como es el verde o el amarillo. Es por eso que, como ya hemos comentado, las bodas al aire libre no estarán totalmente descartadas y esta mezcla de colores proporcionará a la ceremonia un toque muy especial. Por eso, los bosques, las praderas, las playas y los jardines serán los lugares perfectos para que se lleven a cabo este tipo de eventos.

Es muy importante que seas consciente que para que la boda sea inolvidable, debes contratar un espacio diferente, que tenga cierta personalidad. Por eso, un entorno en plena naturaleza será el ideal para dejar a todos tus invitados sin palabras. Podrás decantarte por antiguo convento, un castillo, una casa rural, un caserío o una masía. Todos estos lugares desprenderán cierta tradición y será una oportunidad única para disfrutar de la magia del entorno.

De la misma forma, será muy importante elegir bien el estilo en el que quieres desarrollar tu boda. Uno de los que más triunfa actualmente, sobre todo entre los millenials, son las bodas campestres. Por eso, hay que elegir bien el espacio y, también, sus complementos, como bicicletas, cajas, plantas, palés y flores secas.

Otro de los estilos que también causa furor es el boho folk, una tendencia que mezcla la tradición, el concepto hippie, bohemio y del disfrute del momento. Este combinará la decoración más tradicional con otros elementos más modernos con estampados étnicos y plantas como cactus.

Eso sí, será muy importante que, en cualquier espacio, se utilicen distintos complementos otoñales. Un ejemplo pueden ser los pétalos de flores, las ramas de árboles, troncos, cortezas y frutos secos. En las mesas del banquete podréis utilizar distintos tejidos como el terciopelo, la seda o la organza. Además, uno de los colores que más predominará será el ocre, en contraste con las hojas secas. También, combinándolo con brillos, hará que se produzca ese aspecto más rural, añadiendo otros elementos como velas, lámparas o flores.