Así fue la boda de Samantha Vallejo-Nágera: lentejas y bocatas de menú e invitados disfrazados

  • La chef es reacia a hablar de su vida privada, pero en ocasiones hace alguna concesión sobre su esfera personal en sus redes

  • Samantha se casó con Pedro Aznar en 2002, y la pareja ha tenido cuatro hijos en común: Cleo, Pedro, Roscón y Diego

  • Muy ligada al universo nupcial desde hace años por su cátering, la suya fue una celebración de lo más atípica: repasamos todos los detalles

Las redes sociales de Samantha Vallejo Nágera se están convirtiendo en una combinación equilibrada entre su faceta profesional y su lado más personal. La chef suele compartir recetas, mostrar su labor como jueza culinaria o promocionar su nuevo restaurante. Su famoso catering, 'Samantha de España', es parte crucial de su trabajo, con el que presta servicios a enlaces y otros eventos desde hace más de dos décadas. Y ante una figura tan acostumbrada a moverse en el universo nupcial, la pregunta es casi obligada: ¿cómo fue la suya propia? Repasamos todos los detalles de lo que se sabe sobre la boda de Samantha con su marido, el enólogo Peru Aznar, hace ya diecinueve años.

La esfera íntima de la chef cada vez gana más peso en su perfil de Instagram. Aunque la presencia de su marido sigue siendo más bien escasa, cada vez son más las publicaciones en las que muestra el amor por él y por sus cuatro hijos: Cleo, que acaba de cumplir los 18; Pedro; Roscón, toda una estrella en redes sociales; y Diego. Su familia es, como ha afirmado en varias ocasiones, su gran pasión y da la cara por ellos siempre que es necesario. El último ejemplo tuvo lugar hace solo unos días al defender a su hermano Colate en la guerra judicial que mantiene con Paulina Rubio, con unas declaraciones que puedes ver en el siguiente vídeo.

Y entre estas concesiones sobre la vida personal de la chef se encuentra la celebración de su boda. Buena parte de lo que sabemos sobre el enlace matrimonial entre Vallejo-Nágera y Aznar es información que ha compartido ella misma, en sus publicaciones en redes sociales o en alguna entrevista en la que ha hecho referencias a su vida personal. Gracias a ello hemos podido descubrir por qué la suya fue una celebración de lo más atípica y hasta ver una imagen de su vestido de boda.

Así era el vestido de boda con el que se casó Samantha Vallejo-Nágera

Hace un par de años, con motivo del aniversario de bodas, Samantha compartió una imagen del enlace. En la fotografía se puede ver a Peru y la chef saliendo de la iglesia y siendo rociados por una lluvia de pétalos por los invitados. El vestido de ella era lencero y corto, con tirantes, y lo cubría por encima una segunda capa con transparencias y bordados, con la que combinó los guantes, El pelo, aunque apenas se aprecia, parece llevar algún tipo de broche o mechón recogido pese a estar suelto. Su marido lucía un traje azul marino con corbata de lunares a juego y camisa en un tono celeste.

Las respuestas a la publicación, que supera desde entonces los 40 mil 'me gustas' fueron unánimes sobre lo acertado del look. Además de decenas de mensajes felicitando a la chef por el aniversario, muchos seguidores aplaudieron el estilo del traje nupcial, resaltando la originalidad y el aire romántico de la apuesta. Gracias a la publicación pudimos conocer, además, la fecha del enlace: el 27 de abril de 2002, cuando Vallejo-Nágera tenía 32 años.

Disfraces, bocadillos y lentejas: la boda de Samantha Vallejo-Nágera con Peru Aznar

Pero además, gracias precisamente a su labor al frente de su catering, hemos conocido algunos detalles sobre cómo fue la celebración. En una entrevista al portal Bodas.net con motivo de las restricciones para este tipo de eventos derivadas de la pandemia, Samantha explicaba que muchos han optado actualmente por un modelo de boda doble por el que también ella se decantó en su día: el de celebrar una boda íntima primero y una celebración más multitudinaria tiempo después.

El día de la boda, la pareja organizó una comida a mediodía "muy pequeña, como para unas ochenta personas", en el campo, sin música, tranquila, y planteada para la familia y los amigos muy cercanos. "Aunque luego se animó", admitía en la entrevista. Un mes después, convocaron a más invitados para una fiesta de disfraces "totalmente loca" y "nada refinada". En una charla con El Comercio, Samantha explicó que le hacía gracia la idea de que todo fuese "una burla", por eso los asistentes tuvieron que disfrazarse también de novios, con sus propios trajes reciclados o haciéndose unos.

Una celebración divertida y paródica en la que no hubo hueco para los formalismos. Frente a los clásicos menús cerrados de varios platos, Samantha y Peru apostaron por cócteles, puestos de comida con bocatas, gazpacho y hasta lentejas: "Cosas sencillas porque lo importante era que fuese una gran juerga", reconocía la chef.