Bea se casa: las otras bodas vip que nos dejaron pegados a la tele

divinity.es 14/09/2018 15:53

Antes de que Belén Esteban irrumpiese en nuestro universo rosa, el mundo ya tenía a su propia princesa del pueblo. Hablamos de Diana Frances Spencer, más conocida por todos como Lady Di. Aquel 29 de julio de 1981, 750 millones de espectadores (ojo a la cifra) no pusieron la vista en otro sitio que no fuese la Catedral de St. Paul. Ella tenía 20 años. Carlos, el novio, 32. Y su boda fue un presagio de un amor que años después terminó en pedazos. Para la historia quedará ese vestidazo marfil de mangas farol, con escote de volantes, falda abullonada y una cola de 25 metros de largo.

Este verano se han cumplido 35 años desde que Lola Flores pronunció una frase que jamás debió salir de su boda. "Toda la gente que realmente quiera a Lolita puede entrar en la iglesia. Estáis todos invitados". Y los que la querían (y otros miles de curiosos) abarrotaron la capilla, colapsaron Marbella y obligaron a que La Faraona expresase otras palabras para la posteridad. "Mi hija no se puede casar. Así que si me queréis a mí, marcharse. ¡Si me queréis algo, irse!". Carmina, El Cordobés, Carmen Sevilla, los Thyssen y compañía quedaron perplejos. Y como la gente no estaba dispuesta a marcharse, Lolita se tuvo que casar con Guillermo Furiase y entre lágrimas en la sacristía.

Sin tener que hacer tanta memoria, otra boda fuertecita fue la de Meghan Markle y el Príncipe Harry. El enlace, ya de antemano, se presentó como una revolución para la realeza británica. Ella estaba divorciada, venía del mundo de la farándula y sería la primera princesa afroamericana que entraba en la monarquía inglesa. Y el evento no decepcionó. La novia fue la protagonista. Pero pisándole los talones estuvo Doria Ragland, esa madre de verde lima, sentada en un lateral de la capilla, llorando por ver a su hija en el altar y demostrando que, después de los varapalos familiares que Meghan había sufrido por parte de los Markle, estaba con ella.

Para bodas 'royal', la nuestra. Era un 22 de mayo con mucha lluvia. Los novios y los más de 1.200 invitados amanecieron con un cielo totalmente encapotado. La catedral de la Almudena estaba a punto de presenciar uno de los principales acontecimientos 'royal' del siglo. Y por sus puertas fueron entrando los asistentes. Políticos, miembros de todas las casas reales europeas y Ágatha. Con retraso llegó Letizia, con un Manuel Pertegaz bordado de manga larga y cuello alzado. Y una vez dado el 'sí, quiero', llegó el primero beso (y uno de los pocos en su historia pública) de nuestros ahora reyes.

Todas las bodas de Fran Rivera valdrían para este recopilatorio. La primera fue retransmitida como si fuese un 'royal'. Dos familias históricas se unían con el matrimonio del torero con Eugenia Martínez de Irujo. Carmina y Cayetana estuvieron a punto de eclipsar a los novios. Pero si pensábamos que con este enlace lo habíamos visto todo, aún quedaba un segundo. De lo noventero se pasó al papel couché de hoy, con Lourdes Montes y el sombrero de copa de Fran ahora de protagonistas y con Cayetano y Eva de testigos. Otro bodón.