Doña Julia le confiesa a Sebastián las amenazas de Lucía, en 'Café con aroma de mujer': "Tu gran amiga"

Después de lograr tranquilizar a Paula, doña Julia tiene un tenso enfrentamiento con Marcela, que incapaz de soportar más los reproches de su madre le pide al fin que se sincere con ella. "Quiero saber la verdad de lo que sientes por mí porque es muy diferente a lo que sientes por mis hermanos. No me quieres igual y quiero saber la razón. Necesito saber la razón para que no me quieras. Quiero saber qué pasaba contigo cuando yo nací", le dice a la matriarca de los Vallejo, que consciente del daño que le está haciendo a su hija decide sincerarse con ella. Su llegada al mundo la obligó a quedarse más tiempo del deseado en la Hacienda. El verse obligada a renunciar a su sueños para cuidar de sus hijos y el hecho de que don Octavio se volcara con ella cuando nació dejándola a ella a un lado, provocó el rechazo que siente hacia su propia hija. "Mis frustraciones, de dedicarme a cuidar hijos, no realizarme y a eso le sumamos que cuando naciste te papá se volcó a ti y yo dejé de existir. Fue una etapa muy difícil para mí", le reconoce doña Julia a su hija, que agradece enormemente a su madre que le haya abierto su corazón como nunca antes lo había hecho.  

Pero eso no fue lo único que hizo esa etapa de su vida especialmente complicada. Esos años en los que tanto tiempo pasaban en la Hacienda llevaron a don Octavio a volcarse también con Carmenza y Gaviota. Los celos por esa relación en la que nunca pasó nada destrozaron a doña Julia. "Siempre se preocupó por los trabajadores pero era muy especial con ellas dos. Tanto que esa muchachita parecía su hija. Era una niña sin papá y la quería proteger. No fui capaz de preguntarle pero a ella sí y me dijo que nunca había pasado esos límites pero a veces me parece imposible porque era una mujer de la que cualquiera se podría enamorar. Era bonita, inteligente, fuerte, emprendedora...", confiesa por primera vez en su vida.

Doña Julia parece haber comprendido que ha cometido errores muy graves con respecto a Iván y, decidida a poner todo de su parte para solucionarlos, habla con Sebastián sobre los pasos a seguir a partir de ahora. Consciente de la delicada situación en la que se encuentran, le revela a su hijo que le cedió sus acciones a Iván para que pudiera pagar sus deudas pero que utilizó ese dinero para invertir con Tejeiro. "Las acciones se perdieron", le dice a su hijo, que le confirma que no se han hecho los pagos.

Pero Iván no será el único puesto en evidencia. Los tejemanejes de Lucía también salen a la luz. Desesperada y completamente rota de dolor, le revela a Sebastián que Lucía le contó antes de la boda los manejos de Iván y que podía acabar en la cárcel. Fue en ese momento en el que ella la exigió que se marchara de la mansión familiar y Lucía la amenazó con contarlo todo y destruir a su familia y a la empresa. "Tienes que averiguar por el contenedor que está en Madrid. Lo rechazaron porque llevaba pasilla y está retenido", le dice doña Julia, que reconoce al fin todos sus errores. "La culpa es mía. Yo debí haber hecho lo que tu papá me pidió y que tú manejaras la empresa. Me equivoqué", le dice a Sebastián que le pide a su madre que sea fuerte para poder afrontar y superar los difíciles momentos que se avecinan. "Lo importante es el paso a paso. Tenemos que enfrentar a Iván y tomar decisiones".

Mientras tanto, Iván ve como su mundo se desmorona. Sin el apoyo de su familia y con las deudas ahogándole, hace un último esfuerzo por retener a Lucrecia. "No te quiero perder, eres lo único que me queda. La familia no va a durar mucho. Me van a odiar más porque perdí las acciones de mi mamá y parte de las acciones de mis hermanos. No me dejes solo en este momento. Lo intentamos a ver qué pasa", le dice a Lucrecia. Sin embargo, ya es tarde. Lucrecia no ve posibilidades de que esta segunda oportunidad salga bien y firma el divorcio.

Solo, los problemas se siguen acumulando para Iván. Carlos Mario le acorrala y le exige que además se haga cargo del dinero que ha perdido por las  inversiones de Tejeiro. "Sabe que no solo le estoy cobrando lo del avión. Entérese si no ha visto la noticia. Me paga toda la plata que me quitó su cuñado. Iván, usted me paga toda la plata que invertí más las ganancias que me prometieron. Yo no sé como me va a pagar pero me paga. Usted me metió en el negocio". 

Mientras tanto, Marcela y Lemarcus reciben una noticia inesperada: van a ser padres.

Todo está a punto de saltar por los aires. Iván está cada vez más acorralado y con su madre ya del lado de Sebastián todo se complica aún más para él. Sin apoyos, deberá buscar la forma de solventar su delicada situación. Si quieres averiguar qué ocurre a partir de ahora, no puedes faltar a tu cita diaria. De lunes a viernes a las 20:45 horas, los nuevos episodios de 'Café con aroma de mujer'. Solo en Divinity. ¡No te lo pierdas!

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