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Ha llegado el día de decir adiós. Gaviota y Sebastián se han despedido de Divinity con un emocionante último capítulo de 'Café con aroma de mujer' en el que por fin se han resuelto todas las incógnitas que quedaban pendientes. Después de una recta final que nos ha tenido con los nervios a flor de piel por el futuro de Sebastián, el último episodio ha dado a la pareja protagonista el final feliz que tanto merecían.
Las mentiras de Iván han quedado al descubierto. Sus palabras ponen de manifiesto que fue él quien empezó los negocios ilícitos incluso antes de que su padre muriera. "Carlos Mario le dijo que se encargaba", dice Wilson, que entrega a las autoridades su móvil, donde tiene las pruebas de todo lo que dice y que demostrarían que su patrón y el primogénito de los Vallejo son culpables. Es ahí cuando el abogado de Sebastián solicita se levanten los cargos y que se emita una orden de captura se contra Carlos Mario, Pablo Emilio e Iván, que aterrado ante la posibilidad de entrar en prisión asegura que Wilson miente y que se lo inventó todo junto al hijo de don Pedro para acabar con los Vallejo. "Ese tipo nos detesta y quiere acabar con nosotros. No es justo. Cometí un error que fue creer en Carlos Mario", grita en mitad de la sala mientras su madre llora desolada ante la terrible situación familiar.
Sin embargo, sus palabras no sirven de nada. Las pruebas son contundentes. Sebastián es puesto en libertad e Iván es detenido de forma inmediata. La familia Vallejo está rota, pero tienen una oportunidad para recomponer sus vidas y empezar una nueva etapa. Una nueva etapa en la que Gaviota jugará un papel fundamental. Después de todo lo ocurrido, ha llegado el momento de reconocer todo lo que ha hecho por ellos. "Quiero agradecerle a usted y a su mamá por darme una luz en medio de tanta oscuridad", le dice a Gaviota antes de entregarle el 25% de la herencia de Fernando. Una herencia que se niega a aceptar y propone que utilicen para salvar la Hacienda Casablanca.
Y superados todos los obstáculos, Gaviota y Sebastián tienen su gran día. La pareja se da el 'sí, quiero' en una romántica ceremonia en la iglesia del pueblo arropados por todos sus amigos y familiares. Todos los acompañan en el día más importante de sus vidas. El día en que por fin la pareja sellará el amor por el que tanto han luchado. "Le entrego a Sebastián segura de que no hay una mujer en el mundo que le pueda hacer más feliz que usted", le dice doña Julia a la joven.
Los sueños de la pareja se hacen realidad y tras formar una familia, Gaviota verá cómo su proyecto de la cooperativa alcanza el éxito cuando el café que cultivan obtiene el premio al mejor de Colombia.
Tras ingresar en prisión, Iván se reencuentra con su hermano Sebastián. Él es el primero en visitarle, pero no está preparado para asumir su responsabilidad en todo lo que ha pasado. El primogénito de los Vallejo sigue acusándole de haberle quitado todo. Pero Sebastián, no se deja llevar por la ira y espera que algún día todo cambie entre ellos.
Tan solo el paso de los años logran que Iván cambie. Cinco años después de su ingreso en prisión se reencuentra con su madre. "Me equivoqué. Perdóname", le dice completamente roto a la matriarca de los Vallejo, que le insiste en que debe perdonarse a sí mismo y debe honrar la memoria de su padre para poder seguir adelante. "Hay veces que se tienen tantas cosas que se siente un gran vacío. Y de eso me di cuenta cuando entré aquí. Con la gente tan maravillosa que me rodeaba a mí...", dice Iván, que al fin ha pedido perdón a su hermano. Y ahora tiene planes. Después de su paso por prisión montará una comercializadora de café para empezar de cero. Y lo hará solo y trabajando.
Por su parte, decidida a empezar una nueva vida, Lucía se presenta en la empresa para pedir disculpas y reconocer todos sus errores antes de volver a Nueva York con la pequeña Sofía a Sebastián. "Espero que algún día puedas perdonarme todo el daño que te hice", le dice antes de reunirse con doña Julia, con quien tiene un emotivo encuentro.
A pesar de todo lo ocurrido, el cariño por doña Julia permanece. "Sofía y yo nos sentimos huérfanas. Sofía y yo nos acostumbramos a ti, a tus mimos y tus cuidados. Siempre nos hiciste sentir parte de tu familia", le dice a la matriarca de los Vallejo, que no va a renunciar a seguir formando parte de la vida de la pequeña. "Nos equivocamos y casi pierdo a mi familia. Te sentía como si fueras mi hija", dice doña Julia, que se funde en un abrazo con la exmujer de su hijo cargado de emotividad tras perdonarse mutuamente por lo ocurrido.
Por otro lado, antes de que los acontecimientos se precipiten, don Pedro se reúne al fin con su hijo para pedirle que deje atrás sus negocios turbios y se convierta en buena persona. Esa es la única forma de ganar tiempo mientras esperan la orden de captura contra Carlos Mario. Y mientras llegan las autoridades, recuerda su trágico pasado y cómo don Pedro le maltrató, dejándole marcado de por vida. "Demasiado tarde", dice Carlos Mario, que al descubrir las verdaderas intenciones de su padre, la emprende a golpes y acaba disparando a Margarita antes de ser detenido. Y tras todo lo ocurrido, Leónidas y su novia se despiden de todos y ponen rumbo a su nueva vida lejos del pueblo.
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