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La boda de Marc Abousleiman y Mafalda de Bulgaria, hija de Kiril de Bulgaria y Rosario Nadal, ha servido de excusa para la reaparición en público de la infanta Cristina, que además volvía a la isla tras nueve años sin veranear en Marivent.
Cristina, que apostaba por un vestido de rayas verticales en tonos rosas y azules con detalles en blanco y sandalias rojas con suela de esparto, estuvo acompañada de su hijo Miguel y de su hermana. La infanta Elena eligió un conjunto de acento español compuesto por una falda de lunares blancos sobre fondo negro combinada con chaqueta corta blanca que iba adornada con una gran flor de color coral en la solapa.
La novia es nieta de los reyes de Bulgaria, Simeón de Sajonia-Coburgo y Gotha y Margarita Gómez-Acebo, y esa es la razón por la que esta boda ha convocado a otros miembros de casas reales entre los que ha destacado la presencia de Mette-Marit de Noruega (acompañada de sus hijos Marius Borg y los príncipes Ingrid y Sverre Magnu), así como la princesa Alia de Jordania (con sus hijas las princesas Sara y Aisha).
Tampoco faltaron a la cita los tíos de la novia, Kubrat de Bulgaria con su esposa Carla Royo-Villanova, Miriam de Ungría, viuda de Kardam, así como Konstantin de Bulgaria y su esposa María García de la Rasilla, destacando la ausencia de Kalina de Bulgaria y su esposo Kitín Muñoz, que no fueron invitados al enlace.
Fuera de las familias reales destacó la presencia de la empresaria e influencer neoyorkina Olivia Palermo, que asistió junto a su marido Johannes Huebl, vistiendo un modelo rosa con estampados botánicos de Giambattista Valli.
Entre los amigos de la novia hubo una destacada presencia de nombres conocidos pertenecientes a diferentes disciplinas artísticas: Alba Reche y Anaju -exconcursantes de Operación Triunfo- de la música, a la que está profesionalmente vinculada la novia, la actriz Justina Bustos del cine y Rocío Aguirre, pareja de C. Tangana, de la fotografía.