Se conocieron en el verano de 2011, en una fiesta de disfraces, y fue todo un flechazo para ellos, aunque el momento no era el más apropiado. Cleo von Adelsheim tenía pareja en esa época, por lo que tuvieron que pasar dos años para que volvieran a reunirse y comenzara su bonita historia de amor. 

Durante ese tiempo mantuvieron el contacto, Franz-Albrecht le mandaba a ella canciones de los Rolling Stones a través de Facebook y ella se fue enamorando. Por eso, cuando rompió con su pareja y tuvo que mudarse a Berlín por trabajo, no dudó en contactar con Franz, que vivía en esa ciudad. El resto, como se suele decir, es historia. 

La pareja se casaba en 2016 y se instalaba en el castillo familiar en Baviera, en plena naturaleza, donde nacieron sus dos hijos mayores. Hace un tiempo la familia al completo decidió cambiar de aires y se mudaron a Madrid, a la urbanización Puerta de Hierro, donde nació la tercera de los hijos de la pareja. 

Cleo ya había vivido en España en varias ocasiones, la primera de ellas a los 12 años, cuando regresó de Chile, donde se había instalado con su madre tras la separación de sus padres. Su padre quería que tuviera educación Europea y por eso se instalaron en Marbella, donde nunca sintió que encajara del todo. Después pasó a estudiar en un internado en el sur de Alemania y a los 16 se cambió a otro internado en Reino Unido. 

Estudió Relaciones Internacionales en París y cuando se graduó se mudó a Barcelona para formarse como actriz, su sueño profesional. Su intención era seguir con su carrera en Madrid, pero antes la llamaron para algunos proyectos en Berlín. 

La pareja se casó el 9 de julio de 2016 en la iglesia de St. Jakobs en Oettingen (Baviera), una boda ambientada en un cuento de hadas, donde el tema principal era la naturaleza y el bosque encantado. Fue una gran boda a la que asistieron unos 800 invitados, entre los que destacaron el príncipe Harry, amigo del novio, y Beatrice Borromeo, gran amiga de la novia y que ejerció como dama de honor en un día tan especial para Cleo. 

El look nupcial de Cleopatra era uno de los secretos mejor guardados y ella no decepcionó, deslumbrando con un diseño de Luisa Beccaria. Un vestido en color blanco elaborado en organza con flores bordadas, además, lució una diadema de diamantes que pertenecía a la familia del novio, los Oettingen-Spielberg, y que antes también habían llevado su suegra y su cuñada.

Para la celebración posterior se cambió de ropa, apostando por un diseño de encaje, con flores de organza, perlas y diamantes de Sandra Mansour. También soltó su cabello, dejando que grandes ondas cubrieran su espalda.

Tras la ceremonia, los festejos se trasladaron al castillo familiar, donde tuvo lugar la cena y donde, por supuesto, también hubo baile, amenizado por el DJ italiano Matteo Ceccarini. Una fiesta que finalizó de madrugada. 

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