Como hija de los reyes de España, la infanta Cristina tiene documentada toda su vida en fotografías públicas que nos permiten ver cómo ha cambiado a lo largo de los años. Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia nació el 13 de junio de 1965 -cumple sesenta años-, convirtió en la hermana pequeña de la infanta Elena, nacida dos años antes. Ambas serían las hermanas mayores del futuro príncipe de Asturias y posterior rey de España, su hermano Felipe. Gracias a todas estas instantáneas hemos visto como ha ido creciendo y convirtiéndose primero en una adolescente y después en una mujer adulta, igual que está ocurriendo ahora con sus sobrinas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.

A la infanta Cristina la conocimos siendo una niña de facciones redondeadas y largo cabello rubio con mechas más claras, una característica que comparte con su hija Irene y también con las hijas de su hermano Felipe. Pero según fue creciendo, fue pasando por diferentes estilos de corte de cabello, sintiéndose muy cómoda con la media melena a capas que ha llevado durante largos periodos de su vida. Lo que siempre ha mantenido es el gusto por el rubio, que ha mantenido a base de mechas según se iba oscureciendo su tono natural al ir creciendo.

Otra de sus reconocibles características físicas es la verruga que la hermana del rey tenía a un lado de la nariz. A pesar de que este rasgo formó parte de su rostro durante 57 años, hubo un momento que la infanta Cristina decidió eliminarlo. Fue en el año 2023, cuando apareció en un acto de la Fundación La Caixa en Madrid, a la que estaba vinculada laboralmente y ya no había rastro de esa verruga.

Su evolución estilística: de su juventud pegada a las tendencias, a la elegancia actual

En el archivo fotográfico de la juventud de la infanta Cristina se puede ver que era una joven que le gustaba seguir las tendencias de la época. Los años 80 se caracterizaron por tendencias llamativas que la hermana del rey supo adaptar a su estilo, sobre todo en lo que tiene que ver con cabello, pues durante esto años llevó el pelo con volumen como entonces era tendencia. También se sumó a la tendencia de los colores llamativos y los patrones exagerados con mangas abullonadas y grandes hombreras.

Sin embargo, el estilo de su etapa adulta se caracterizó por un armario en el que las piezas de oficina, como trajes y bailarinas, pantalones de pinzas y chaquetas armadas eran sus básicos para vestir. Cuando quería adoptar un estilo más informal elegía prendas funcionales y de un patrón clásico, como polos y pantalones rectos, todas ellas prendas que no se identificaban con ninguna tendencia.

Pero hubo un punto de inflexión, no hace mucho. Una de las primeras veces que pudimos apreciar un cambio en la forma de vestir de la infanta Cristina fue en la boda de José Luis Martínez Almeida con Teresa Urquijo. Atrás quedaron entonces los sobrios trajes para dar paso a un look que se convirtió en uno de los más alabados de esta cita. Y no fue algo puntual porque más adelante en la preboda y la boda de Teodora de Grecia confirmó este cambio de estilo. Desde entonces se sucedieron los patrones en los que incorporó plisados, drapeados, faldas de estilo princesa y colores más allá de los básicos a los que se solía ceñir. En concreto en la boda de Teodora de Grecia se decantó por un favorecedor diseño en azul cerúleo cuajado de pliegues y drapeados debidamente colocados para favorecer su figura. Además de los colores más llamativos que ha recuperado de su juventud ha experimentado con patrones más relajados dejando a un lado las prendas más encorsetadas y clásicas.

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