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Si los miembros más pequeños de nuestros celebrities han sido noticia estas dos últimas semanas por su vuelta al cole, ahora les toca a los más mayores. Tras ver como Leonor llegaba a su colegio con su mítico -pero extraño- posado a la entrada del colegio llegaba al turno de su hermana Sofía que lo hacía con alguna que otra diferencia. Unas fotografías totalmente diferentes a las que nos han dejado sus primos, Froilán y Victoria Federica, que han sido captados por las cámaras en su regreso a la Universidad, donde han comenzado un nuevo curso junto a sus amigos.
Los hermanos han demostrado la buena sintonía que existe entre ellos en la entrada del centro universitario. Ambos han intercambiado conversaciones con sus compañeros respetando las medidas de seguridad impuestas, teniendo la mascarilla en su rostro en todo momento.
Para este primer día, la infanta Elena ha escogido un pantalón blanco de campana, una sudadera negra oversize y unas deportivas. Un outfit que ha querido completar con un bolso de Luis Vuitton que salió a la venta en 2007 con un precio estimado a los 1000€.
Por su parte, Froilán ha llegado con un cigarrillo en la mano y con un look muy diferente. El nieto mayor de los reyes eméritos se ha dejado ver con unos pantalones pitillo verde, que ha combinado con una camiseta blanca y una de sus señas de identidad: su gorra.
Victoria y Froilan están cursando sus estudios universitarios en uno de los centros más exclusivos de Madrid: el ‘CIS: The College for International Studies’. La sobrina del rey se encuentra ya en el tercer curso de Administración y Dirección de Empresa y él hará su cuarto año en Business.
Los hermanos protagonizaban en el día del cumpleaños de Victoria Federica unas polémicas imágenes. Y es que, el día no comenzaba bien para ellos. Tras salir de casa de su madre con total normalidad, el nieto de la reina Sofía se daba cuenta de que en el limpiaparabrisas de su nuevo coche –valorado en más de 80 mil euros- había una multa. Ella, que optaba para esta fecha tan especial una mini falda vaquera, camisa beige y unas zapatillas de deporte, intercambió miradas cómplices y risas con el joven, que trataba de esconder rápidamente el papel en el bolsillo para evitar –con muy poca suerte- que las cámaras captaran lo que estaba ocurriendo.