El padre de Meghan Markle ruega públicamente a su hija que le deje conocer a sus dos nietos: "Tiene que haber un lugar para mí en su vida"

Meghan Markle y el príncipe Harry están de enhorabuena. Los duques de Sussex anunciaban el pasado 14 de febrero, día de San Valentín, que esperan su segundo hijo. “Podemos confirmar que Archie va a ser hermano mayor. El duque y la duquesa de Sussex están encantados de estar esperando su segundo hijo”, eran las palabras que usaban en un comunicado que no tiene nada ‘royal’, categoría que dejaron atrás hace más de un año. Las reacciones no tardaron en llegar y la familia real británica se pronunciaba al respecto con una escueta felicitación en la que dejaban patente su alegría. “Su majestad, el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales y el resto de la familia están encantados y le desean lo mejor”. Thomas Markle, que no mantiene relación con su hija desde que se casó con el nieto de Isabel II, también ha querido hablar sobre el tema en su última aparición pública.

“Les deseo a Meghan y Harry un nacimiento exitoso y saludable”, mostraba sus buenos deseos en sus declaraciones al programa Inside Edition del canal BTS, donde rogaba públicamente poder conocer a Archie y su futuro hermano. “Espero que algún día pueda ver a mis nietos. Ambos son mis nietos reales”, recalcaba. El pasado mes de agosto, uno de los hermanastros de la duquesa ya advertía al diario The Mirror sus intenciones de emprender acciones legales con el fin de que Thomas pudiera ver al pequeño, que cumplirá su segundo año de vida el próximo 6 de mayo. “Luchará y recurrirá a todas las vías necesarias para verlo. No son los únicos que pueden iniciar un juicio. Solo quiere abrazar a ese niño de una vez”, afirmaba por aquel entonces. Ahora, desde su casa de Mexico, tiene claro que quiere enterrar el hacha de guerra debido a los múltiples problemas de salud que padece y que le sitúan "cerca de la muerte".

La duquesa de Sussex marcó distancias con su progenitor al enterarse de que había pactado supuestamente unas imágenes con un paparazzi en las que aparecía buscando información sobre ella. Un acto que no gustó nada a Meghan, que el día de su boda acabó andando hacia el altar agarrada del brazo de su suegro. "No comprendo muy bien por qué ha pasado todo esto. Yo quiero a mi hija con todo mi corazón. Ojalá se pusiera en contacto conmigo; al menos, opino, me podría enviar un mensaje. Tiene que haber un lugar para mí en su vida, soy su padre", reclamaba su espacio en esta reciente entrevista, donde no hizo ninguna referencia al polémico libro sobre las intimidades de su hija que va a lanzar al mercado su hermanastra.

Ajenos a la polémica y sin hacer declaraciones sobre este testimonio, el hijo de Lady Di y su mujer estarían exprimiendo al máximo el segundo embarazo en su residencia de California, donde se instalaron hace más de un año para alejarse de la presión a la que estaban sometidos. Aunque es cierto que no cuentan con Instagram personal, el matrimonio posaba para regalarnos su primera foto prepapás en el comunicado que hacían saber que esperaban la pronta llegada de la cigüeña.

Tomada por el reconocido fotógrafo Misan Harriman, íntimo amigo de la pareja, se trata de una fotografía realizada en medio del campo, en blanco y negro y con los protagonistas manteniendo una actitud desenfadada y visiblemente felices por lo que está por llegar. Harry está sentado, con la camisa a medio abrochar y sin zapato, mirando fijamente a su mujer, que está tumbada en su regazo con la mano apoyada en su tripa.