La anécdota universitaria de Letizia: "Ortiz, a pesada no tiene rival"

Puede que esta mañana se haya producido el discurso más espontáneo de Letizia en sus siete años de reinado. La implicación personal que sobrevolaba su último acto oficial antes de cumplir 49 años se ha palpado en sus gestos, en sus palabras, en la elección de las anécdotas y en su entonación. Un evento, la celebración del 50º aniversario de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid en la que Ortiz Rocasolano se formó como periodista, que se ha convertido en una suerte de 'regreso al pasado' en el que compartir cómo fueron esos años de juventud en los que nadie, mucho menos ella, imaginó dónde estaría a estas alturas. Y también un entorno de confianza en el que hacer una declaración de intenciones de lo que espera de su vida a partir de ahora.

Tras agradecer al ministro de Universidades, al rector, al decano consejero, a sus respectivos equipos y a los licenciados de su generación la invitación a un aniversario tan redondo como este, la reina Letizia ha confesado que anoche, cuando se preparó "los dos o tres minutos que había imaginado en mi cabeza" para abrir el acto, fue consciente de que esta sería diferente a cualquier otra cita de su agenda.

"Cuando le daba vueltas a qué podía decir esta mañana sabía lo que me iba a pasar cuando entrase en esta facultad. Sabía lo que me sucedería a mí", ha pronunciado con énfasis, dejando claro el enorme cariño que siente por ese espacio de hormigón en el que pasó su primera veintena.

"Venir cada día durante cinco años en la década de los noventa a esta facultad deja huella. Quienes habéis pasado por lo mismo sabéis de qué hablo", ha dicho con humor, haciendo un guiño a las mil y una leyendas que existen en torno a la vida dentro de esta facultad ("Aprendí muchas cosas en las aulas y fuera de ellas, qué os voy a contar de la cafetería").

Este 50º aniversario también le ha hecho volver a preguntarse "por qué quería ser yo periodista". O a recordar con solemnidad ese momento en el que recibió "aquella carta de las de antes, en papel, metida en un sobre, con el membrete correspondiente, en la que decía que era admitida como estudiante universitaria de la facultad de Ciencias de la Información después de aprobar la selectividad".

Un anecdotario que, aunque "parece de otro siglo" ("Pero es que es de otro siglo, porque la facultad cumple cincuenta y yo a punto estoy, como sabéis, como sabe toda España"), ha cerrado con una escena de esa etapa que aún sigue recordando como si se hubiese producido ayer.

Sin querer pecar de "intensa ni aburriros con historietas", la reina Letizia ha visualizado cómo un día un un catedrático "de aquellos brillantes" se hartó de ella y, en voz alta, "casi gritando", se dirigió a ella con un "Ortiz, mire, desde luego yo no sé de lo que va a ser de su vida, pero desde luego que a pesada no tiene rival". Una curiosidad que, aunque "no se quita", desde que abandonó su vocación para casarse con el rey Felipe y servir a la corona ha roto con la segunda parte de la historia: "Ahora ya no cuento las respuestas que me dan".

Además, comparando este aniversario con su inminente cambio de década (el 15 de septiembre cumple 49 años), la actual consorte de la corona española ha querido verbalizar una declaración de intenciones sobre lo que espera de su futuro ahora que, como se suele decir, está a punto de 'darle la vuelta al jamón'. "Cincuenta años es una bonita cifra para seguir intentando hacer las cosas bien en el lugar en que a cada una nos corresponda", ha expresado con la mano en el pecho.