Con la llegada del buen tiempo, apetece abrir las ventanas, dejar entrar la luz y renovar el ambiente de casa. Y es que la primavera es, sin duda, la estación de los pequeños grandes cambios: flores frescas, colores suaves, texturas naturales… y también es el momento perfecto para hacer una transformación exprés en uno de los espacios que más habitamos: el salón.

“No hace falta cambiar todos los muebles ni hacer obras para darle un giro a tu salón. Con algunos gestos bien pensados, puedes crear un ambiente más fresco, natural y alegre en menos de media hora”, explica la interiorista Leticia Vázquez. Desde su punto de vista, la clave está en trabajar con elementos ligeros, fáciles de mover y que generen un impacto visual inmediato: “Colores claros, flores, textiles suaves, fibras naturales… la primavera es una estación amable para decorar, y lo mejor es que con poco, se nota mucho”.

Así que si tú también sientes esas ganas de renovación, pero no tienes tiempo para grandes cambios, apunta estos consejos para transformar tu salón en un espacio lleno de luz, frescura y espíritu primaveral… en solo 30 minutos.

La primavera florece, literalmente, en cualquier rincón. Añadir un ramo de flores frescas (o preservadas) en un jarrón bonito transforma cualquier mesa o aparador. Tulipanes, margaritas, ramas de eucalipto o mimosa son opciones fáciles de encontrar y muy efectivas. “No hace falta ser florista: incluso una rama silvestre bien colocada en un jarrón alto aporta una nota preciosa”, sugiere Leticia.

Uno de los trucos más rápidos y eficaces: cambia las fundas de cojines por otras más livianas, frescas y llenas de color suave. Elige tejidos naturales como lino o algodón en tonos empolvados, verdes, beiges o estampados botánicos. “Los cojines son como el maquillaje del salón: con solo cambiarlos, el ambiente se ve diferente. A mí me encanta combinarlos en 2 o 3 gamas cromáticas y jugar con las texturas”, comenta la interiorista.

Un salón luminoso siempre parece más amplio y acogedor. Abre cortinas, sube estores, limpia los cristales y cambia, si puedes, las cortinas pesadas por otras más livianas en lino o gasa, en tonos neutros como el blanco roto o el crema.

Bandejas de ratán, cestas de mimbre, alfombras de yute o lámparas de bambú. Las fibras naturales son tendencia y aportan calidez sin sobrecargar el espacio. Además, encajan con cualquier estilo, del más clásico al más minimalista. “Un simple cesto de fibras con una mantita de algodón dentro junto al sofá puede ser un gesto decorativo precioso y funcional”, dice la experta.

La primavera también invita a aligerar visualmente los espacios. Retira elementos decorativos oscuros, mantas demasiado gruesas o adornos metálicos. Guarda lo invernal y deja respirar el salón con composiciones más ligeras. “Uno de mis trucos favoritos es crear un punto focal estacional: una balda con flores, una vela clara y un libro abierto puede convertirse en un rincón primaveral precioso”, recomienda la interiorista.

Así que ya lo sabes. No necesitas mucho para sentir que tu casa respira primavera. Solo un poco de inspiración… y muchas ganas de cambiar.

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