Rihanna es la definición de éxito. Desde que saltó a la fama en 2007 con 'Umbrella', ganando su primer Grammy, la carrera de la artista ha sido imparable. Por eso no es de extrañar que el año pasado la revista Forbes la nombrara la artista femenina más poderosa del mundo. Su fortuna, que asciende según se estima a 1.4 billones de dólares, es el fruto de su trayectoria como cantante, así como sus marcas de cosmética y lencería.
Este año ha sido la artista encargada de actuar en el descanso de la 'Super Bowl', uno de los eventos musicales más importantes a nivel mundial. Artistas de la talla de Beyoncé, Shakira, Bruno Mars o The Weeknd han actuado sobre el campo de juego, pero lo más curioso es que ninguno ha cobrado por su actuación. Los beneficios que les reporta actuar en la 'Super Bowl' vienen del aumento de ventas de sus canciones de hasta un 200% en algunos casos.
Además, la cantante en 2017 decidió lanzar una línea de cosmética llamada 'Fenty Beauty' con una amplia gama de tonos de maquillaje para todo tipo de pieles. Una apuesta muy acertada en vista de los beneficios que le generó solo en 2020: 550 millones de dólares, aunque Rihanna solo cuenta con el 50% de la empresa. La marca se ha convertido en un referente en el mundo de la estética y está valorada, según Forbes, en 3 billones de dólares. También es dueña de una marca de lencería valorada el año pasado en otro billón de dólares.
En su faceta musical, a pesar de que su último disco salió en 2016 y tres años después decidió hacer un paréntesis en su carrera, Rihanna es la artista femenina más vendedora de toda la era digital. Todos los años se cuela entre las diez artistas más escuchadas. El pasado 2022 estuvo en el número 7 con más de 3.3 millones de reproducciones. Evidencias que no pueden más que refutar el título que le ha otorgado la revista Forbes y, como decíamos, la definición de éxito.