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Dejar la Casa Blanca no fue un trago fácil para ninguno de los miembros de la familia Trump. Prueba de ello fue la negativa a asumir su derrota y, también, a decir ‘adiós’ a su vida familiar y política en Washington. Dado que no les quedó otra opción que marcharse, toda la familia se trasladó hasta Miami para disfrutar de unos días de desconexión y olvidarse de que habían perdido una de las batallas más decisivas en su vida.
Los Trump siempre lo han hecho todo en familia. Son una verdadera piña y, por eso, Donald decidió que sus hijos formaran parte de su esquema de gobierno. Aunque, sin duda, su ojito derecho siempre ha sido su hija Ivanka. La joven, que cumplirá 40 años este 2021, nació del matrimonio de Donald con su primera mujer, Ivana. Ivanka ha trabajado como modelo, aunque dejó su carrera sobre las pasarelas de lado cuando comenzó la universidad. Se graduó en Economía en la Universidad de Pennsylvania bajo la atenta mirada de su padre y, también, hizo sus primeros pinitos en televisión.
Su vida dio un gran giro cuando su padre fue nombrado el 45 presidente de los Estados Unidos. Por aquel entonces, Ivanka trabajaba como vicepresidenta de Real Estate Development and Acquisitions de The Trump Organization, puesto que sigue ostentando en la actualidad. Pero cuando Donald asumió su cargo como responsable máximo del país americano, tanto sus hijos como su esposa adoptaron una postura de lo más protocolaria, reservada y, sobre todo, sobria y formal.
La familia Trump siempre ha mantenido esa unidad y, por eso, ninguno de ellos faltaba a ninguno de los eventos importantes que presidía su padre. Aunque eso sí, muy diferente era su actitud cuando tenían un micrófono o cuando utilizaban las redes sociales, donde se dejaban de protocolos y defendían a capa y espada todas las decisiones de su progenitor. Aún así, los hijos de Donald Trump siempre se han mantenido en un segundo plano, dejándole el protagonismo al expresidente.
Lo cierto es que cuando Donald abandonó el poder, probablemente ningún miembro de la familia sabía qué iba a ser de su futuro. En Nueva York esperaban el regreso de la familia, ya que siempre han mantenido su residencia en la ciudad de los rascacielos, pero parece ser que la realidad era muy distinta. Ivanka, que está casada con el empresario Jared Kushner desde octubre de 2009 y juntos tienen tres hijos: Arabella Rose, Joseph Frederick y Theodore James, decidió poner rumbo a Florida.
Días más tarde de la investidura de Joe Biden, Ivanka fue pillada tomando el sol en Miami. Además, sorprendió a todos con una imagen muy distinta a la que estábamos acostumbrados; relajada, con unas gafas de sol, un moño de lo más informal y un vestido ajustado a rayas. La hija de Donald Trump disfrutaba de un libro mientras tomaba el sol en un imponente edificio, el que se había convertido en su nueva casa. La familia Kushner-Trump se ha trasladado a uno de los apartamentos más exclusivos de la ciudad: el Surfside Arte, una lujosa finca construida en estos últimos años que cuenta con un gimnasio y tres piscinas privadas.
El edificio consta de 12 plantas y tiene una inspiración y aires mediterráneos. En sus zonas comunes nos podemos encontrar con una pista de tenis, una piscina, un acceso directo a la playa, un spa y una ludoteca. Debido a todos estos privilegios, el alquiler que paga la familia Trump asciende a unos 40.000 euros al mes.
La pareja ha comprado una de las parcelas que Julio Iglesias ha puesto a la venta en la misma ciudad, un terreno en la exclusiva isla de Creek Island y que ha costado unos 32 millones de euros. Allí residen personas tan conocidas como la modelo Gisele Bündchen o Adriana Lima.
El terreno tiene más de 7.000 metros cuadrados, 240 metros de playa privada y un muelle con entrada directa al mar. Además, la isla privada se encuentra relativamente cerca de la nueva vivienda de Donald, donde planea vivir, al menos, durante este año.
Lo cierto es que el cambio de vida de la familia Kushner-Trump ha sido considerable. Han pasado de disfrutar del frío invierno de Nueva York a una temperatura cálida durante todos los meses del año. Lo que no ha cambiado demasiado es su estilo de vida, ya que siguen rodeados de lujos y excentricidades. En la ciudad se les puede ver pasando un día en la playa, haciendo deporte junto a su perro Winter y, también, junto a su equipo de seguridad. Además, parece ser que la decisión de quedarse en Miami va para largo, ya que han vendido su apartamento en Nueva York por 33 millones de dólares.