Su reivindicación como madre soltera y otras lecciones sobre la maternidad de Sandra Bullock

Si algo podemos decir de Sandra Bullock es que se ha convertido en todo un referente en el mundo de la interpretación. La actriz, de 56 años, es uno de los rostros más conocidos y reconocidos de Hollywood. Por eso, hemos podido verla en una infinidad de registros, desde interpretar a una madre coraje, a su mejor drama o pasando por las comedias más divertidas. Lo cierto es que siempre se ha volcado mucho en su carrera profesional, consciente de lo complicado que es mantenerse en un mundo como ese cuando ya se tiene una cierta edad. Pero también ha sido una persona muy volcada en su vida personal, aunque siempre ha querido mantenerla en un segundo plano, dejar para su intimidad esa parcela de su día a día. Sandra siempre ha reivindicado su posición como madre soltera, un hecho que no ha sido nada fácil debido a la apretada agenda que siempre ha tenido la actriz. Así, fue en el 2010 cuando decidió adoptar a un niño, Louis, de origen afroamericano, y que se encontraba en un orfanato estatal. Cinco años más tarde adoptó a otra niña, Laila.

La actriz siempre ha estado volcada en diversas causas humanitarias. Así, además de donaciones a distintas asociaciones que defienden los derechos de los niños en las zonas más desfavorecidas, ayudó a reconstruir lo que había destruido el Katrina en el año 2013. También se ha preocupado por el estado de la mujer en la industria cinematográfica, donde el hombre siempre suele tener más posibilidades y oportunidades de tener un mejor sueldo. Desde hace años, Sandra se encuentra inmersa en la lucha por los derechos de las mujeres, así como en intentar darle a sus hijos la mejor educación y la mejor vida. En muchas ocasiones ha reivindicado la importancia de la familia, afirmando que es aquello “por lo que luchas y lo que proteges”. Pero, ¿cuáles han sido las lecciones que nos ha dado la actriz sobre la maternidad?

Sandra Bullock nació hace 56 años en el estado de Virginia, en una familia que estaba profundamente relacionada con el arte. Por eso, Sandra viajó durante toda su infancia y juventud por distintos países europeos, donde llegó a vivir. Tras varios años en la ciudad de Nuremberg, Alemania, decidió volver a Estados Unidos y se matriculó en la Universidad de Carolina del Este para estudiar arte dramático. Fue en el año 1987 cuando debutó en su primer largometraje. A partir de ese momento, su fama fue creciendo como la espuma y se convirtió en una de las caras más recurrentes del cine norteamericano. Así, ha interpretado a una infinidad de personajes, con un registro diferente en cada uno. Debido a su espectacular interpretación, Sandra ha recibido diversos galardones, como un Premio Óscar, dos Globos de Oro y hasta varios premios SAG.

A pesar de que su carrera profesional siempre ha ido en alza, lo cierto es que su vida personal siempre le ha dado más problemas. Tras el rodaje de la película Love Potion Nº9 comenzó a salir con su compañero de reparto, Tate Donovan. Con él llegó a comprometerse, aunque ambos no siguieron adelante con los planes de boda y se separaron después de tres años de relación. Posteriormente, mantuvo un noviazgo durante cuatro años con el actor Matthew McConaughey. Tras mudarse a Texas conoció al cantante Bob Schneider y, luego, salió durante otros cuatro años con Ryan Gosling, después de conocerse en el rodaje de Murder by Numbers. Tampoco salió bien, pero el actor, 16 años menor que la actriz, recuerda esa relación con especial cariño. “He tenido dos de las mejores novias del mundo –en referencia a Bullock y Rachel McAdams–. Todavía no he conocido a nadie que pueda alcanzarlas”, ha comentado en diversas ocasiones.

En julio del 2005 contrajo matrimonio con el empresario y presentador de televisión, Jesse G. James. Pero, diez días después de ganar su Óscar, y cinco años después del 'sí, quiero', Sandra anunció que se había divorciado debido a las múltiples infidelidades por parte de su marido. Ahora, comparte su vida con el fotógrafo Bryan Randall. Al mismo tiempo que hizo público su divorcio, la actriz comentó que había adoptado a un niño afroamericano, al que había llamado Louis. En el 2015 también confirmó que había adoptado a otra niña, de tres años, también origen afroamericano y que residía en un orfanato local. “Cuando miro a Laila, en mi mente no hay ninguna duda de que ella estaba predestinada a estar aquí”, explicó en una entrevista. Lo cierto es que para Sandra una de sus prioridades siempre ha sido formar una familia. Por eso, cuando rodó Bird Box, donde Bullock interpretó a una madre que luchaba por mantener con vida a su hijo, se sintió identificada y comprendió el verdadero significado de la familia.

Por eso, tras el rodaje les dedicó unas bonitas palabras a sus dos retoños. “Muchas veces naces en una familia y, en otras ocasiones, necesitas buscarla. No importa nada, lo realmente importante es saber que la familia es aquello por lo que estás dispuesto a luchar y aquello que proteges”, explicó la actriz. Y, concluyó, dirigiéndose a sus hijos: “Sois mi primer pensamiento por la mañana y el último del día. Estoy en la Tierra para protegeros”. Además, esa implicación por la educación de sus hijos es una realidad. Bullock es la persona que lleva a los pequeños al colegio y quien los recoge. Una vez que están en casa, ayuda a sus pequeños con los deberes y juntos juegan durante largas horas. En mayo de este año, durante el confinamiento y en una entrevista con Jada Pinkett, Sandra explicó que su hija Laila es toda una súper heroína. “Ella es quien va a salvar el mundo en nuestra familia”, comentó, entre risas y con la pequeña presente.

También, en más de una ocasión ha descrito cómo son sus pequeños y sus distintas personalidades. “Louis es muy sensible, le llamo siempre ‘mi niño de 78 años”, contó la actriz en una entrevista. Respecto a su hija, Sandra la describe como una niña “sin miedo”, “una luchadora” y “la razón por la que se encuentra hoy donde está”. La actriz ha demostrado que sus dos pequeños son los pilares fundamentales de su vida, por eso, se muestra muy orgullosa de ellos y de lo que les ha enseñado.