Por qué no puedes perderte la Super Bowl: del pecho de Janet Jackson a los himnos más horripilantes

Alba Peguero 03/02/2013 18:06

Es el espectáculo deportivo más importante del año en EEUU y se celebrará en unas horas en Nueva Orleans. Como cada mes de febrero, la Super Bowl sienta a millones de personas frente a sus televisores para presenciar la final de la Liga Nacional de Fútbol Americano. El partido es lo de menos, lo que hace a este evento realmente atractivo son el descanso y los momentos previos, que cada año nos regalan anécdotas que quedan para la posteridad, para bien o para mal.

Todas las miradas puestas en Beyonce

Este año, la figura principal de la Super Bowl será Beyonce, encargada de amenizar el descanso con un show en el que también aparecerá su marido, el rapero Jay-Z. Si la cantante fue noticia hace unos días por cantar en 'play-back' el himno de EEUU durante la investidura de Obama, esta semana volvió a acaparar la atención de los medios al interpretarlo en directo y 'a capella' en el acto de presentación de la Super Bowl, una estrategia que sirvió para acallar críticas.

Un enfrentamiento entre los hermanos Harbaugh

El encuentro de este año enfrenta a los Baltimore Ravens y a los San Francisco 49ers, dos equipos con una particularidad que añade emoción al partido: sus entrenadores. Jim y John Harbaugh se sentarán hoy en los banquillos rivales, cada uno con su respectivo equipo, pero en las comidas familiares se sientan juntos en la misma mesa. Son hermanos, y muy atractivos, para qué negarlo.

El himno nacional

Una diva de la canción no lo es hasta que no canta el himno nacional en la Super Bowl, eso es así. En la historia de la competición han sido muchas las estrellas que lo han interpretado, como Mariah Carey, Diana Ross, Billy Joel, Celine Dion o Queen Latifah, y en esta edición, la encargada de cantarlo será Alicia Keys. Pero los más recordados han trascendido por dos tipos de razones: por maravillosos o por horripilantes.

El más aplaudido de todos los tiempos, por ahora, fue el que se marcó la fallecida Whitney Houston en 1991. Con un look 'chandalero', todavía muy influido por el estilo de los '80, deslumbró a toda la grada y a los que se sentaban frente a sus televisores. Patriotas o no, nadie puede negar que se le eriza el vello al rememorarlo.

Pero no nos podemos olvidar de las mayores catástrofes musicales de la historia de la Super Bowl. En la edición del año pasado, el encargado de protagonizar el momento proamericano por excelencia fue Steven Tyler, vocalista de Aerosmith y padre de Liv Tyler. Se lanzó a por todas, sin acompañamiento musical, y aunque intentó darle un toque personal con su característico estilo rockero, lo que consiguió fue ofrecer uno de los espectáculos más bochornosos de la historia del campeonato cuando, en un lapsus, se olvidó de la letra y su voz quedó eclipsada por los pitidos de los espectadores.

Otra que tampoco salió bien parada de la experiencia fue Christina Aguilera, que cumplía uno de los sueños de su vida cuando se le fue el santo al cielo y empezó a inventarse la letra. Un golpe donde más duele: en el orgullo patrio.

El intermedio

Himnos aparte, el momento más esperado del partido llega en el descanso, cuando tiene lugar la actuación musical. El espectáculo nunca defrauda. Sin duda, hablar de momentos clave de la Super Bowl es hablar de 'la teta de Janet Jackson', esa que enseñó durante unos segundos y casi le cuesta un pastizal a la CBS por emitir contenidos inapropiados.

Todo ocurrió cuando Justin Timberlake, en mitad del espectáculo, le arrancó a Janet una parte del sostén, dejando al descubierto uno de sus pechos, adornado con una pezonera plateada en forma de estrella. Para esta edición, Neil Patrick Harris le ha pedido a Beyoncé que vuelva a rememorar este momento, a modo de homenaje.

El año pasado, Madonna pasó de ser la reina del Pop a convertirse en la Faraona, pero más a lo Cleopatra que a lo Lola Flores. En un espectáculo de 13 minutos, hizo un recorrido por éxitos de su carrera cambiándose en varias ocasiones de vestuario en medio de un gran despliegue de medios y efectos. Estuvo muy bien arropada por un montón de maromos que la cogían y dejaban a su antojo. También le acompañaron Nicki Minaj y M.I.A.

Durante la historia de la Super Bowl, los más grandes del panorama musical también se han subido a ese escenario. En 2002, U2 emocionó al país ofreciendo un espectáculo que homenajeaba a las víctimas de los atentados de las Torres Gemelas que terminó con Bono sacándose una bandera de EEUU del forro de la cazadora.

En 2005 fue Paul McCartney el encargado de poner al público a cantar 'Hey Jude', y un año después, sus Majestades Satánicas se marcaron tres temas, de los cuales dos fueron censurados en la retransmisión televisiva por considerarse “sexualmente explícitas”, como si no supieran que a los que habían invitado era a los Rolling Stones.

Pero fue Michael Jackson quien abrió la veda de la espectacularidad durante su actuación en la final de 1993, que contó con un mensaje en pro de la paz mundial. Después del rey del Pop, grupos como The Who o los Black Eyed Peas, y cantantes como Sting o Bruce Springsteen con su E Street Band han puesto en pie a millones de espectadores.

La publicidad

Otro de los grandes atractivos de la ceremonia es el momento de la publicidad. Las agencias se rompen la cabeza para vender sus productos de la forma más original posible a un coste astronómico por cada segundo de emisión.

Para entendernos, éste podría ser el equivalente norteamericano de nuestro 'primer anuncio del año' tras las campanadas, pero a una escala muchísimo más desorbitada. Estos spots suelen caracterizarse por estar protagonizados por las chicas mas sexys. Cindy Crawford, Adriana Lima, Farrah Fawcett, Megan Fox o Carmen Electra han sido algunas de ellas.

Las gradas, un coto de celebrities

Los precios de las entradas para poder disfrutar de la Super Bowl desde el estadio rondan entre los 900 y los 4.000 dólares, una cifra inalcanzable para la mayoría de los mortales. Por eso los asientos se llenan de celebrities dispuestas a lucir palmito, eso sí, muchas de ellas invitadas.

Aunque no todos lo cumplen, el requisito para asistir a tan magno evento es lucir prendas deportivas y, a poder ser, una gorra y una camiseta de tu equipo de fútbol americano.

Y así se presentan cada año muchas caras conocidas como la de Ashton Kutcher, Katy Perry, John Travolta, Adrien Brodie, los Jolie-Pitt, Giselle Bundchen, y un largo etcétera. Pero lo que más nos gusta es ver cómo ese día se saltan la dieta y se ponen hasta las cejas de comer palomitas, hot dogs, patatas fritas y hamburguesas, como Jessica Alba o Cameron Díaz.

Y después de todas estas razones no nos podemos creer que todavía te estés pensando si vas a quedarte a disfrutar del espectáculo, con los otros 111 millones de espectadores.