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El cepillo de dientes es nuestro mejor aliado a la hora de limpiarnos la boca y mantener los virus y las bacterias a raya. Es por eso que será muy recomendable, cada cierto tiempo, limpiarlo y desinfectarlo correctamente. Para ello, será esencial seguir una serie de recomendaciones y pasos.
El cepillado de dientes ayudará a reducir la proliferación de algunas bacterias. Estas son las responsables de problemas como las caries y la enfermedad periodontal. Sí que es cierto que los cepillos se guardan en el baño, lugar en el que se acumulará gran humedad. Por eso, el entorno tampoco ayudará a que las bacterias y los hongos desaparezcan. Por tanto, dejar en la superficie de cualquier lugar de esa zona de la casa supondrá un gran riesgo de contaminación.
Lo primero que habrá que hacer será lavarnos las manos. Esto lo tendremos que realiza justo antes del cepillado y, también, justo después. Tras utilizarlo habrá que que lavarlo correctamente con un poco de agua caliente. La temperatura del agua deberá ablandar las cerdas, sacudiéndolo bien para eliminar todas las bacterias.
Deberás poner el cepillo en vertical con la cabeza hacia arriba para que se seque correctamente. Lo cierto es que lo más recomendable será tener dos cepillos e id alternándolos para llegar a ese secado tan deseado. Además, habrá que evitar ponerle el capuchón, porque tampoco se favorecerá el secado. También, habrá que intentar que el cepillo no tenga contacto con los cepillos de otras personas, aunque sean de nuestra propia familia.
Como ya hemos comentado, será esencial la desinfección. Para ello, podremos hacerlo con un colutorio de clorhexidina. El cepillo tendrá que ser sumergido durante, al menos, una hora. También, podrás hacer uso de un desinfectante para prótesis dentales. Esta opción estará recomendada cada quince días. El agua hirviendo será una buena opción, sobre todo sumergiéndolo durante uno o dos minutos. Luego, se deberá secar al aire. El bicarbonato de sodio y el vinagre también será una buena combinación para desinfectarlo durante dos horas. Una vez que ya está limpio podrás enjuagarlo con un poco de agua.
De la misma forma, será esencial renovar el cepillo de dientes cada cierto tiempo. Lo mejor será hacerlo con cada cambio de estación, es decir, aproximadamente cada tres meses. Sabrás que debes cambiarlo cuando las cerdas se doblen o pierdan su rigidez. También, será recomendable que optes por cepillos con cerdas naturales, ya que estos serán más respetuosos con tu boca y el medio ambiente.