Al igual que en su primer concierto en Coachella, Beyoncé decidió lucir todos los looks de Balmain que su director creativo, Olivier Rousteing, había diseñado para ella. De nuevo, Queen B comenzaba el espectáculo vestida de egipcia, con brillantes y una capa larga en color plata y negro.

Siguiendo la misma estética, Beyoncé volvió a optar por un segundo look a lo 'cheerleader', pero en vez de en color amarillo, en rosa fucsia.

Para el final apoteósico, Beyoncé aparecía enfundada en un body con textura diamante con el que recibió a su hermana sobre el escenario y a sus ex compañeras en Destiny’s Child. Sin embargo, al acercarse a Solange, la segunda se abalanzó tanto que no pudieron sostenerse y acabaron en el suelo. Lo más anecdótico de todo fue que a ambas, gracias a la adrenalina del show, se les ocurrió la creatividad de disimular poniéndose a hacer la bicicleta en el suelo. ¡Momentazo total!