Han pasado varias décadas desde que conocimos a Daniel Guzmán a través de la pequeña pantalla protagonizando series de éxito a nivel nacional. Sin embargo, el chico de barrio que consiguió el éxito con sus interpretaciones soñaba con dirigir sus propias historias y no fue hasta el 2015 cuando su sueño se materializó y se cumplió.
Con 'A cambio de nada' dio la primera oportunidad a su abuela, que cautivó a todos los espectadores con su naturalidad y espontaneidad, a Antonio Bachiller y a Miguel Herrán ('La casa de papel'). De este último confiesa estar especialmente “orgulloso”, ya que sigue manteniendo la misma mirada limpia y honesta que cuando lo conoció y ha seguido trabajando duro para mantenerse en un mundo, el del espectáculo, que no siempre es fácil y en el que hay que mantener la salud mental muy a raya.
Ahora presenta su segunda gran producción, 'Canallas', en la que ha vuelto a contar con un elenco no profesional, pero muy cercano: su amigo de la infancia y su propia familia. Un hecho arriesgado si tenemos en cuenta que narra desde cómo se conocieron hasta algunas de las vivencias más locas e impactantes que se han producido en sus años de amistad, por supuesto con ciertos toques de ficción. “He creado un monstruo. Ya antes de triunfar se ha convertido en un juguete roto”, bromea el director cuando profundiza en la labor de su colega en la película.
En esta ocasión vuelve a inspirarse en la vida de barrio, ese lugar en el que ha crecido y que considera tan real que es imposible que la mayor parte del público no conecte con ella: “Lo social no va reñido con lo elegante, los barrios tienen mucho color y vida”.
Daniel Guzmán se abre en la entrevista exclusiva que puedes ver al completo en el vídeo que abre la noticia y habla también de sus siete años sin WhatsApp y de la negativa que ha dado a ciertas plataformas de contenido digital por querer seguir siendo honesto consigo mismo y contar las historias que siente de verdad. Sin duda, un actor, guionista, productor y director de cine español que en su día llegó para quedarse y esperemos que no tarde otros siete años en regalarnos un nuevo largometraje.