Hugo Silva, en exclusiva: "A nivel personal, hubo un momento en el que pensé que había cambiado mi vida"
Charlamos con el actor Hugo Silva, quien protagoniza la nueva película de Gracia Quejereta 'La buena suerte', sobre temas como la imposibilidad de huir de un hijo psicópata y el de la buena suerte
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Cuenta el actor Hugo Silva que, lo que más le llamó la atención del guion de 'La buena suerte', fue que es muy terrorífico y, por lo tanto, muy interesante al mismo tiempo. Algo que no extraña ya que, en nueva película de la directora Gracia Quejereta, su personaje huye de un hijo psicópata para poder sobrevivir. Pero, ¿acaso es esto posible? Según el propio Silva no, ya que es antinatural. Sin embargo, por dura que pueda parecer esa trama, la cinta muestra cómo, hasta en los momento más complicados, hay posibilidad de agarrarse a la vida. Aprovechando que la película llegará a los cines este viernes, en 'Divinity' hemos hablado con el actor sobre todo ello y sobre cuál fue la buena suerte que le llevó a acabar siendo una de las caras más conocidas de este mundillo. Spoiler: 'Los hombres de Paco' tienen mucho que ver.
Pregunta: Tu personaje se sube un día a un tren y, sin avisar a nadie, se baja en un pueblo de la España vaciada porque huye de algo. A partir de ahí, ¿hasta dónde se puede contar?
Respuesta: Mi personaje es un hombre al que le va bien en la vida, que no tendría por qué hacer eso si no tuviera una causa muy fuerte. Que es justo lo que me atrajo del guion: ¿Qué pasa cuando la persona más tóxica de tu vida es tu propio hijo y tienes que desvincularte de ella para poder sobrevivir?
Te devuelvo la pregunta: ¿Qué pasa?
Cuando tienes un problema solo hay dos opciones: intentar seguir o gestionarlo porque te va a acompañar toda tu vida. Es normal que al principio miremos para otro lado, pero si es un problema que nunca va a dejar de estar, como en este caso el hecho de tener un hijo psicópata, da igual donde te vayas. Siempre va a estar ahí.
Puedes cortar con cualquier persona de tu entorno, ya sean tus padres, pareja o hermanos. Pero hacerlo con tu hijo es algo totalmente antinatural. No me quiero imaginar la gente que se tiene que enfrentar a ello. Antes de que me llegara el guion nunca me había parado a pensarlo. Me pareció muy terrorífico y, por lo tanto, muy interesante.
Esto que estamos desgranando parece que no va muy acorde con el título de la película. ¿Cuál es esa buena suerte entonces?
En la vida es muy importante el factor suerte. A mí me fastidia mucho esta cultura actual de que con esfuerzo todo se consigue. Creo que hay que ser consecuente, es decir, intentar vivir con respecto a lo que creo que es bueno para mí y para los demás. Por ejemplo, en mi profesión el factor suerte es algo que nos pesa a todos y que sabemos que existe. Hay mucha gente con muchísimo talento que no trabaja. En la vida, más que esforzarte, hay que ser consecuente con lo que quieres. Y luego intentar gestionar la suerte que va y viene y que está en manos del destino.
Una de esas suertes con las que se cruza el protagonista es Raluca. ¿Qué le enseña este personaje sobre la vida?
En la peli se dice que hay dos tipos de personas en la vida: la gente buena y la gente mala. Es decir, hay gente que tiene luz y otros que no. Por eso es importante reconocer a esa gente que te ilumina, que te inspira. Por suerte, mi personaje se tropieza con ella y se da cuenta de que es su persona. Hay veces que no lo ve por miedo, pero es vital para su aprendizaje.
De esta forma, la película muestra cómo, hasta en los momentos más complicados, uno se puede seguir agarrando a la vida.
Hay una cosa que me gusta mucho de la peli, que hace referencia a que pase lo que pase, siempre va a salir del sol. Que cada día que te levantas es una nueva oportunidad. Esto es una constante en la vida a la que creo que hay que agarrarse.
Antes decías que la buena suerte es algo que marca mucho tu profesión. ¿Cuál dirías que ha sido la tuya?
Si hablamos en términos de carrera, yo diría que mi golpe de suerte fueron ‘Los hombres de Paco’, cuando Luisa Narciso tuvo claro desde los inicios que yo iba a hacer ese personaje. Pero a nivel personal, para mí un momento en el que pensé que había cambiado mi vida fue cuando me admitieron en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). Algo que sucedió a la segunda vez y a través de una prueba muy difícil. Nos presentamos alrededor de 150 personas e ingresamos únicamente dos. Cuando vi que mi nombre era uno de los elegidos, me di cuenta de que mi vida iba a cambiar.
Una audición que hiciste ya de adulto y tras haber trabajado de electricista. Igual que tu personaje, llegaste a este mundo tras un volantazo en tu vida.
El volantazo lo pegué cuando dejé de trabajar de electricista y empecé a currar de noche para poder estudiar en la escuela de teatro. También ahí era joven y no tenía nada que perder: no tenía ninguna propiedad, ni hijos, ni nada. La única responsabilidad que tenía era conmigo mismo y con intentarlo. Por eso ni lo pensé: no lo recuerdo como un acto de valentía, sino de honestidad.
Y aunque llegué a este mundillo a los veintipocos, siempre fui consciente de que mi camino era ser actor. Igualmente, vuelvo a lo mismo: puede ser que otra persona lo luche y no lo consiga nunca. Por eso hay que ser consecuente con lo que nos gusta. Yo, al menos, voy a hacer ese ejercicio. Saldré mejor o peor, eso no lo sabe nadie. Pero voy a ser realista con lo que quiero.