Feliz #diadelasescritoras: así están narrando ellas su relación con el mundo

Quizá haya un año en el que el Día de las Escritoras no haga falta. Mientras llega ese momento, te recomendamos alguna que otra obra concebida en la mente y el corazón de una mujer que te pondrá la realidad patas arriba. Ironía, feminismo, mirada aguda y personalísima… esas son las premisas. Las temáticas variadas: una novela gráfica sobre la 'historia de mis tetas', un foco puesto en el tabú de las madres arrepentidas, lo que lleva consigo el término 'Solterona', por qué viaja Gloria Steinem, a qué se debe que los hombres lleven décadas explicándote cosas que tú ya sabes… Pasa y lee, las chicas toman la palabra. Por: Esther L.Calderón

'¡Tengo la regla!', '¡Soy peluda!' y '¡Soy feminista!' son algunos de los títulos de sus capítulos. En otros habla sobre la comida (una de las drogas más duras que ha probado), los hombres, el sexo o el aborto. De todo eso charla, con tono irónico y afilado, una de las revelaciones de los últimos meses, Caitlin Moran (Brighton, 1975), que pone en pie este 'Cómo ser mujer' sobre la base de sus experiencias personales. Lista es (a los 18 ya tenía un programa de tele y una columna en The Times) y sentido del humor no le falta.

Rebecca Solnit fue a una fiesta y un hombre comenzó a explicarle cosas sobre un libro maravilloso… que acabó siendo el suyo, el de ella. Así nació el término ‘mansplaining’, esas incómodas situaciones en las que un varón te explica algo con tono condescendiente, con independencia de cuánto sepa sobre el tema, asumiendo implícitamente que sabe más que tú… solo porque eres una chica. Pero la sorpresa vino cuando multitud de mujeres con alta, mediana y baja cualificación comenzaron entonces a compartir de sus propias experiencias. Nació incluso la web Los hombres académicos me explican cosas’. “Sí, claro que hay personas de ambos géneros, pero la total confianza en sí mismos que tienen para polemizar los totalmente ignorantes está, según mi experiencia, sesgada por el género”, explica la autora. “Las jóvenes necesitan saber que ser minusvaloradas no es algo que fuese resultado de sus propios defectos secretos; sino que era algo que viene de las viejas guerras de género, y que nos había sucedido a la mayor parte de las que somos mujeres en algún momento u otro de nuestra vida”, añade.En 2012, el término ‘mansplained’ fue una de las palabras del año para el New York Times.

A ver si os suena. Kate Bolick llevaba desde niña diciendo que se casaría, como muy tarde, a los treinta. Se puso a estudiar con pasión, a divertirse por ahí, a viajar, a trabajar en lo que quería/le dejaban, a vivir la vida moderna y, para cumplió las tres décadas, se dio cuenta de que no le apetecía lo más mínimo. ¿Ya? De hecho, el matrimonio se había convertido en un tema incluso molesto, sobre todo en las visitas a su abuela o las comidas familiares los domingos (una estrella muere cada vez que alguien dice eso de 'se te va a pasar el arroz'). Así que se puso a pensar. Mientras lo hacía leyó a Edna St.Vincent Millay, Maeve Brennan, Edith Wharthon, Neith Boyce y Charlotte Perkins Gillman, y descubrió que todas ellas habían logrado no buscar en los demás su propia identidad. Total, que por ahí van los tiros: ¿de qué estoy hecha? ¿dónde coloco mi maternidad, mis aspiraciones laborales y mi pasión en un mundo que no se parece en nada al de mi madre?

En Alemania ha creado una gran polémica. En realidad, el debate está servido en cada país en el que se traduce. La israelí Orna Donath (1976) lleva unos ocho años preguntando a diferentes mujeres por qué se arrepienten de haber sido madres. Podrás leer los testimonios de 23 madres entre los 26 y los 73 años, todas las clases sociales. "Me arrepiento de haber tenido hijos y ser madre, pero amo a los hijos que tengo. Así que sí, no es algo que pueda explicar. Porque si lo lamentara, entonces no querría que estuvieran aquí. Pero yo no querría eso, lo único que no quiero es ser madre", dice Charlotte, mamá de dos hijos, de 10 y 16 años.

Tenía 43 años cuando a Jennifer Hayden, autora de la novela gráfica ‘Underwire’ (tiras cómicas sobre feminismo), le diagnosticaron cáncer de mama. Así que se puso a pensar en sus tetas. Ahí surgió, como no podría ser de otro modo, ‘La historia de mis tetas’, la historia de sus sentimientos hacia ellas durante décadas. Hay de todo: esperanza y temor, orgullo y vergüenza, vida y muerte… y, sobre todo, mucho sentido del humor.

La infancia de Gloria, uno de los referentes feministas del momento, fue itinerante. Su padre solía meter a toda la familia en el coche y conducir a lo largo de Estados Unidos en busca de aventuras para ganarse la vida. De ahí surge su pasión por los viajes. “Cuando la gente me pregunta por qué aún mantengo la esperanza y mi energía después de todos estos años, siempre digo lo mismo: “porque viajo”. Emprender un camino, y con esto quiero decir que sea el camino quien te lleve a ti, ha cambiado mi forma de ser. La carretera es complicada, de la misma forma en que la vida es complicada. Nos aleja de la negación y nos conduce a la realidad, nos aparta de la teoría y nos lleva a la práctica, elimina las precauciones y te pone en marcha, te hace abandonar la estadística para entrar de lleno en las historias. En otras palabras, te saca de tu cabeza y se adentra en tu corazón”, dice ella. “A medida que ahondamos en esta historia emocionante, Steinem nos muestra que dentro de nosotras hay una persona que lucha, y que sólo tenemos que hacer las maletas y seguirla”, dice de este libro Lena Dunham.

Esa ha sido la cantidad pagada por los derechos para llevar al cine ‘Las chicas’, la primera novela de Emma Cline (Sonoma, 1989). Esta joven promesa llega por todo lo alto con esta historia de amistad, sectas, drogas psicodélicas y amor libre, inspirada en la comuna californiana que Manson creó en 1969.

Después de epatar a toda Francia hace trece años con ‘Fóllame’, Virginie Despentes (Nancy, 1969) se convirtió en una de las voces más rebeldes y deslenguadas de su generación. En esta ocasión da la vuelta a cualquier idea preconcebida sobre el sexo a cambio de dinero. Como un bofetón, pero sin el ‘como’. Y todo, extraído de experiencias personales, entre las que se incluye una violación, la prostitución y los trabajos basura

Un matrimonio saludable, joven, rico. Una madre judía. Un padre ario. Varios amantes. Amigos cultos y divertidos. La autora, Angelika Schrobsdorff (estuvo casada con el director Claude Lanzmann, que filmó Shoah, la mítica película del Holocausto), narra en esta novela autobiográfica su niñez. O más bien cómo todo su universo calló sin remedio dentro de los infiernos nazis. ¿Cuánta responsabilidad tiene uno en su propio desastre?