Soy deportista... y soy gay

Repasamos la lista de los 50 gays más influyentes de España y tenemos de todo: políticos, actores, empresarios, jueces… hasta cantaores pero ni un solo deportista. ¿Qué está pasando en el mundo del deporte para que ni uno se atreva a decir que le gustan las personas de su mismo género? Tan sólo Quique Sararola, ex jinete que logró tres diplomas olímpicos, se ha atrevido a reconocer su condición sexual abiertamente y una vez retirado. Aunque declaraciones como las del abanderado español en los recientes Juegos de Invierno de Sochi, por las que pidió disculpas, tampoco ayudan…

No en todas las partes funciona igual. Reino Unido es uno de los países que encabeza la lista de estrellas del deporte que reconocen su homosexualidad. El saltador de 19 años Tom Daley es uno de los mejores ejemplos de cómo la vida te puede cambiar (para mejor) una vez que sales del armario. Bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Londres, donde ejercía de ídolo local, Daley se ha convertido en una estrella de la televisión gracias al homólogo británico de ‘Mira Quien Salta’ y es feliz junto a su novio Dustin Lance Black, con el que aparece constantemente en las redes sociales.

Deportes tan rudos como el rugby han vivido en las islas británicas su particular “Daley-gate”. Cuando ves a Gareth Thomas te imaginas cualquier cosa menos que le gusten los hombres… pero todo eso son prejuicios; este galés con más de 100 títulos internacionales reconoció que era gay y se convirtió en un icono para la comunidad. “No quiero ser conocido como un jugador de rugby gay sino como un jugador de rugby”, reconocía él.

En el mundo del fútbol hay, si cabe, aún más tabúes. Cuando Aitor Ocio posó para la revista ‘Zero’ fue duramente criticado y no es complicado escuchar la palabra “maricón” utilizada como un insulto en las gradas de un estadio. El americano Robbie Rogers ha sido uno de los pocos futbolistas profesionales en reconocerlo, eso sí, una vez retirado. Por suerte se lo pensó dos veces y volvió a jugar en Los Angeles Galaxy donde se convirtió en el 'Beckham Gay', acaparando todos los flashes.

Y es que el mercado está mucho más preparado que la sociedad para asumir que un deportista es homosexual. Marcas como Nike buscan su estrella con el lema 'Coming out? Just do it, conscientes de que entre su público objetivo el target gay está muy representado… sólo hay que ver lo “mazaos” que suelen estar los señores en las discotecas de ambiente.

También las chicas se han abierto y han reconocido sus sentimientos. Si Martina Navratilova lo reconocía en los ochenta, Amelie Mauresmo daba un nuevo raquetazo a la visibilidad en los noventa. Hoy en día son muchos los rumores pero no tan comunes los casos: la “Michael Jordan” americana, Sheryl Swoopers, o las jugadores de balonmano noruegas Gro Hammerseng y Katja Nyberg, que son pareja y compañeras de Selección, son algunos de ellos. Ya lo decían las chicas de La Roja a Divinity, “habrá como en todos los sitios y cada uno en su vida privada hace lo que quiere y aquí de lo que se tiene que hablar es de si juegas bien o mal".

Matthew Mitcham ganó la medalla de oro en salto de trampolín en los pasados Juegos Olímpicos con la mejor puntuación de la historia del Olimpismo. Rebosante de alegría, le dio un señor beso a su novio que dio la vuelta al Mundo y se saltó toda la censura de la NBC.

La NBA se ha volcado por entero con Jason Collins (a la izquierda), pivot de los Brooklyn Nets que debutó en la competición una vez fuera del armario. Pero no sólo el mundo de deporte, el presidente Obama aplaudió su valentía y su mujer Michelle publicó en Twitter: "¡Orgullosa de ti, Jason Collins! Este es un gran paso adelante para nuestro país. Te apoyamos". Que sirva de ejemplo para todos aquellos que a día de hoy tienen que esconder quienes son para triunfar en el mundo del deporte... o en cualquier otro ámbito laboral.