1. Los primeros síntomas del embarazo se pueden parecer a los de la gripe.
Si últimamente has mantenido relaciones sexuales sin la protección de anticonceptivos y comienzas a experimentar cansancio, náuseas, dolor de cabeza y sueño, puede que no se trate simplemente de un resfriado o una pequeña gripe, por lo que, antes de medicarte acude siempre a tu médico de cabecera o hazte un test de embarazo.
2. El deseo sexual se convierte en una montaña rusa.
Un día te sientes una adolescente descontrolada como al día siguiente una abuela menopáusica. El sexo durante estos nueve meses es un misterio que además se complica según aumenta el tamaño de tu barriga y que requiere cada vez una logística más elaborada.
3. Te haces mejor amiga del váter.
Durante el embarazo tienes la sensación de que tu vejiga es del tamaño de una canica y rezarás por que el servicio no está ocupado. Por suerte, cuando esto ocurra por la noche te levantarás medio sonámbula y volverás a la cama, lo que, por desgracia, no será igual cuando tu bebé haya nacido.
4. Tendrás que pedir ayuda para cosas que no te hubieras imaginado.
Se convierten en tareas imposibles de realizar por ti misma el hecho de pintarte las uñas de los pies, quitarte algunos zapatos, recoger cualquier cosa que se te caiga al suelo, ponerte medias o calcetines, levantarte del sofá o simplemente moverte.
5. Dormir es una tarea compleja.
Encontrar una posición cómoda se convierte en un máster y cuando piensas que la has encontrado, el bebé decide ponerse a bailar y tienes que volver a empezar. Nunca te ha gustado dormir boca abajo pero de pronto lo necesitas y lo echas de menos.
6. Tu zona íntima se vuelve una desconocida.
Tu flujo se verá alterado e incluso puedes notar cierta sequedad vaginal. No laves en exceso tu zona íntima y en vez de eso, utiliza geles especialmente pensados para cuidar y proteger tu flora durante este periodo, como el producto específico para el embarazo Lactacyd Pharma Protección que además de hidratar con extractos naturales, protege la zona genital de infecciones bacterianas.
En definitiva, tu vida entera cambia durante unos meses, pero oye, tenemos claro el objetivo. Cuando veas los ojitos de tu bebé se te olvidarán todas las penas y pensarás que ha merecido la pena, eso te lo garantizamos.